Cuando el siglo XX estaba por finalizar, Insomnia era la tienda de discos de la hija de un amigo, Ernesto Barrios, en el centro comercial los Próceres. Un día de tantos me sugirió la inquietud de comprar el disco Clandestino de Manu Chao, el cual fue mi primer encuentro con el músico francés.
Adrián Velásquez/director de La Prensa de Occidente
Meses después en una visita familiar, Fabricio Aguilar me muestra su colección de Mano Negra, de inmediato cloné los discos en mi quemadora Philips, en esa época, para los coleccionistas melómanos, era la panacea.
Clandestino, para mí, presentaba un sonido nuevo. Mezcló ciertos ritmos de reggae con el ska, el cual no me era familiar. Era un disco raro pero me enganchó porque en medio de los temas, hay fragmentos de un discurso del subcomandante Marcos desde la selva lacandona mexicana sobre los 500 años de la conquista de América y la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Esa mezcla con la voz poderosa de Manu, me encantó.
Además, en Clandestino también menciona la reunión para discutir el Protocolo de Kyoto que fue aprobado el 11 de diciembre de 1997 en la Cumbre de las Naciones Unidas por el cambio climático y que entró en vigor ocho años después.
Básicamente Clandestino, como su nombre lo indica, es un álbum dedicado a los inmigrantes de todo el mundo, y los abusos que sufren quienes emigran indocumentados. Esta protesta musical también menciona la mariguana como producto clandestino, que daba seguimiento a lo que lanzó Gabriel García Márquez a fines de 1993, un Manifiesto en favor de la legalización de las drogas’. «La polémica” (escribe García Márquez) no debe encerrarse entre la guerra y la libertad. Hay que coger el toro por los cuernos y discutir diferentes posibilidades de administrar la legalización» (wiki).
Era un sonido hecho para que a uno le gustara, buena música, buen ritmo y mucho contenido humanista.
“En 2009, durante el gobierno de Felipe Calderón, Manu Chao se encontraba en México, donde había participado en el Festival de Cine de Guadalajara. Durante una rueda de prensa, Chao dio su opinión política sobre los enfrentamientos violentos entre manifestantes y la fuerza policiaca del Estado de México en San Salvador Atenco en 2006. El compositor descalificó las acciones de las autoridades del Estado de México, entonces gobernado por Enrique Peña Nieto. En aquel momento, se especuló que a Chao se le aplicó el artículo 33 constitucional, el cual apunta que los extranjeros no pueden inmiscuirse en asuntos políticos mexicanos”, revista Proceso. Desde esa época a la fecha, Manu, no regresó a México.
Politik necesita fuerza
Politik necesita gritos
Politik necesita ignorancia
Politik necesita mentiras
Politik mata
La semana pasada estuvo en Xela José Manuel Tomás Arturo Chao Ortega, más conocido como Manu Chao, de 63 años. En mi opinión, luego de la llegada de la actriz mexicana María Rojo, el cantante francoespañol ha sido de los personajes más importantes que visitan la ciudad altense. Pero para variar, ante esta importante visita, las autoridades de cultura pasan de noche. Engavetados en su propia incultura, no saben ni quiénes están en su vecindario.
En mi opinión, Manu es más popular que Arjona o Luis Miguel. A Chao lo conocen y toca en toda Europa, África y América, canta en cinco idiomas y tiene videos en todo el globo.
En Xela como en Antigua, en menos de 24 se vendieron los boletos, un aforo aproximado de 800 personas hicieron tronar el teatro durante dos horas en que Manu interpretó temas de su más reciente elepé, “Viva Tú”, que lo dio a conocer el pasado 20 de septiembre, 17 años después de su último disco. Este contiene temas preciosos que combinó con su historial que fueron coreados por los asistentes, que sentían que el teatro se derrumbaba por la emoción de escuchar a Manu que se hace acompañar de un guitarrista argentino que hace llorar su instrumento con sus riffs.
Manu es un músico al que no le importa el dinero ni el estatus quo, viaja por el mundo como un desconocido y se roza con la gente más humilde. No gusta de los hoteles de lujo, más si de los hostales, donde duermen los mochileros, lo que lo hace un auténtico trovador de un mensaje humanista.
Algo que me sorprendió fue que en el concierto de Guatemala, los proveedores de cerveza, pizza y otros alimentos, eran gente emprendedora, no marcas que acostumbran monopolizar el mercado, sino, gente que propone salir adelante, es algo admirable del artista Clandestino.
¡Gracias Manu!.
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