A propósito del elevado carácter de las iluminadas justas de inspiración, emanadas directamente del corazón poeta de Quetzaltenango, el próximo 12 de septiembre 2024, tendrá lugar el desenlace de la octogésima sexta edición de los Juegos Florales Hispanoamericanos, en el Coliseo Municipal de la ciudad.
Daniel Matul Morales/laprensadeoccidente.com.gt
Sucede que, vivir el fascinante certamen literario creado aquí en Xelajú, hace 108 años, en buena medida, significa lucidez y creatividad de un pueblo que realiza el caudal de su destino, la sensibilidad de su alma cósmica situando en diálogo ciencia y mitología, tradición y simbología, mística y arte, arquitectura y estética, historia y poesía. En verdad, los juegos florales codifican más de una centuria que relaciona historia local, nacional, centroamericana e hispanoamericana.
“Ha sido así como poetas, cuentistas, dramaturgos, ensayistas, novelistas, con sentimiento íntegro, fecundidad de ideas y hondura cultural, se han hecho presentes en nuestro Xelajú…”
No es para menos, este acontecimiento del espíritu, año con año, personifica la creación artística de miles de universos en complejidad de conocimientos, imágenes, fábulas, leyendas, alegorías y sucesos de vida. De forma incesante fluyen de cada trabajo laureado o sencillamente copartícipe, para incrementar notablemente la sensibilidad humana desde el eterno Quetzaltenango.
Ante todo, estas justas literarias contribuyen a iluminar caminos destinados a superar el histerismo del ego; animan a la reconciliación con el misterio; invitan a la renuncia del ansia por la certidumbre; convocan a abandonar la esclavitud de los códigos mentales, descodificando nuestras conciencias, instándonos a dejar de ser rehenes de la soberbia de la razón.
En esta misma partitura, recapitular los Juegos Florales Hispanoamericanos a veinticuatro años del siglo veintiuno, metódicamente, equivale a restablecer enlaces con lo que podríamos llamar genealogía de lucidez, a fin de nutrir nuestra reflexión por Quetzaltenango, donde hallazgos poético-literarios muestran que jamás este pueblo ha perdido su espíritu creativo.
Entonces, podríamos preguntarnos: ¿Cuánto conocimiento nos comunican más de cien años de elevada conciencia?, conmovedor y penetrante peregrinaje de poesía nos podría responder, acerca de su innegable contribución en la formación de la personalidad y en la educación de hombres y mujeres de Hispanoamérica.
Por supuesto, cada vibración humana que ha hecho posible elevadas inspiraciones, significa: llamamiento a la creación estética, al perfeccionamiento moral y a la intelección filosófica de diferentes maneras. Ha sido así como poetas, cuentistas, dramaturgos, ensayistas, novelistas, con sentimiento íntegro, fecundidad de ideas y hondura cultural, se han hecho presentes en nuestro Xelajú, afanados por comunicar artísticamente la cultura de sus pueblos desde contextos originarios.
Es aquí donde podemos encontrar la función estético-comunicativa de los Juegos Florales Hispanoamericanos de Quetzaltenango, al develar año con año los rasgos distintivos de cada creador participante, las dotes y capacidades de su espíritu, generando intercambios artísticos entre naciones; comunicación cultural entre sociedades y, conocimiento entre colectividades sociales e individuos.
En rigor, palabra y escritura, en sus dimensiones maravillosas, constituyen auténtico arsenal poético-histórico-pedagógico, que nos ha ido construyendo como seres humanos, acercándonos a los sentidos y a los sentimientos, a los amores y a los desamores, a la vida y a la muerte, a la felicidad y al sufrimiento; a la nostalgia y a la aventura; a la negación y a la afirmación; al exterminio y a la génesis; a los dioses y a los demonios.
Otra pregunta sería: ¿Qué haríamos sin los Juegos Florales Hispanoamericanos de Quetzaltenango, para acercarnos a otros mundos, para inventar otras realidades, para narrar, para contarnos la vida, para enseñarnos, para aprender desde lo conocido hasta lo desconocido?
Seguramente, cada obra artística que anualmente acude a esta ciudad, nos proporciona ideas íntegras y profundas sobre la diversidad cultural, toda vez que cualquier intento de convencer es inútilmente coactivo. Así, con gozo y libertad, las justas literarias hispanoamericanas acogen las infinitas perspectivas del mundo relacionando la planetización convocada con el vigor de lo local de manera multifacética y polivalente.
Por esto y mucho más consideramos que las faenas literarias creadas a propósito de los Juegos Florales Hispano Americanos, deben de estar en el primer orden de la agenda de la educación, cultura y arte de nuestro municipio. Deben de estar en las mentes y corazones de estudiantes y profesores de la ciudad, desde el nivel parvulario hasta el universitario, pasando por la educación media, pues de esta manera podremos ampliar la esfera espiritual de Xelajú.