Para la investidura de la presidenta electa en México de Claudia Sheinbaum fue excluido el rey Felipe VI del protocolo de invitados a la ceremonia.
José Cancinos/laprensadeoccidente.com.gt
El Rey de España asiste tradicionalmente a las tomas de posesión de los presidentes iberoamericanos en representación del Estado, pero eso no ocurrirá en esta ocasión y fue porque Manuel López Obrador anunció que había enviado una carta al rey Felipe VI exigiendo a España que «admita su responsabilidad histórica» y pidiese perdón a los pueblos originarios de América por «las violaciones de los derechos humanos y las matanzas de la llamada Conquista» que, en palabras del mandatario, «se hizo con la espada y con la cruz».
Sobre este aspecto, cuestionamos a intelectuales indígenas quetzaltecos que sostienen que la llegada de españoles a tierras guatemaltecas y de forma especial de la antigua Xelajuj Noj, fue una invasión.

Rigoberto Quemé Chay, primer alcalde indígena, dijo: “Es un problema bastante añejo. Recordemos que en España hay una leyenda rosa, le llaman, donde una corriente del pueblo español exige que nosotros los indígenas agradezcamos a los invasores (españoles) que nos trajeron el idioma y cristianismo, que nos vinieron a civilizar, a sacar del paganismo”.
Quemé Chay indicó que dicha corriente fue muy fuerte, que en un momento dado, el rey de España era de la idea, que ellos habían venido a hacer un favor a estas tierras. “Sin embargo nuestra visión es que vinieron a depredar, a matar a la gente y a robar todas las riquezas. Esa es la otra cara de la historia que los pueblos indígenas tienen”, afirmó.
Entonces, ese conflicto en algún momento dado, desemboca en que Andrés Manuel López Obrador exija al gobierno de España pida disculpas a los pueblos indígenas.
“Como lo que acaba de hacer el papa Francisco que apareció pidiendo disculpas a los pueblos indígenas por toda la matanza, las masacres, el genocidio, la explotación. Hubo pueblos que fueron exterminados totalmente, es ahí donde se aplica el genocidio y si habláramos de los pueblos mesoamericanos como una sola cultura, sí hubo un genocidio porque era una muerte orientada hacia ellos, o sea que sí había una intención de matar a los indígenas, ya sea por el trabajo forzado o porque no aceptaban el cristianismo”, acuñó Quemé Chay.

Por su parte, Daniel Matul, sociólogo y académico, aplaudió la “postura digna” de México en nombre de los pueblos invadidos en 1492, “Y creo que España tenía la obligación, no solo la individualidad del rey sino como Estado y como Nación ofrecer disculpas, No solo por la matanzas que hicieron por el llamado descubrimiento de América sino también el saqueo y latrocinio que hicieron. Yo creo que era una responsabilidad y una deuda que está pendiente de España con América”, demandó.
Al parecer de Matul, fue importante y buena lección del actual gobierno de México, porque lo que hizo España hace 500 años fue una invasión que dejó, entre otros problemas, el racismo y aplazamiento de una cultura en estas tierras, después de 800 años de una práctica de guerra contra los judíos, árabes y los mozárabes, esa experiencia la trajeron a Quetzaltenango.