Gobernación Departamental conmemoró los 500 años de fundación del pueblo de Quetzaltenango con un acto especial con la presencia de académicos e invitados en la sede de la institución.
José Cancinos/laprensadeoccidente.com.gt
El acto protocolario conllevó el ingreso de los pabellón nacional y bandera de Quetzaltenango por parte de elementos del ejército para luego rendirles honores entonando el Himno Nacional y el himno del municipio, Luna de Xelajú.
El acto estuvo presidido por el gobernador Aldo Herrera con presencia de los jefes de dependencias gubernamentales, personajes destacados de la sociedad quetzalteca, alcaldes del departamento y diputados.
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En su intervención Herrera señaló que la cultura Maya Quiché que fue conquistada e invadida era conocida por su astronomía, arquitectura y sus mercados gastronómicos, por tal razón se deben recordar a esos pueblos como parte de nuestra identidad.
“Estos 500 años que nosotros celebramos son de hispanidad. Por primera vez se habló el español, aquí hace 500 años, y esa fusión, luego unida por otros pueblos como los italianos que vinieron agregarse a esta cultura, nos han convertido en uno de los lugares más diversos del mundo”, evocó Herrera.
Somos más de 500 años
El tema central del acto estuvo a cargo de Daniel Matul, académico, pensador y defensor del conocimiento en Quetzaltenango. De su discurso de 15 minutos se destacan las líneas de que desde la época colonial, como altavoz de la conquista se viene alzando un tipo de discurso histórico destinado a justificar “desterrolisación, deshistoriación, desestructuración social y síquica en pretensión de abogar idiomas, lenguas, culturas, vestimentas, visiones de mundo, vidas espirituales, ya no digamos el encubrimiento de la ocupación militar de ultramar con su cauda de muerte”.
Matul señaló: “Así la concepción histórica de la conquista más no de los hechos de la historia se llevó a cabo por encargo de la Corona, por los jefes de la conquista, de los encomenderos y de los religiosos militantes del nacional catolicismo español hasta diseñar el modelo retórico destinado a anular el pasado cultural Maya, donde su contenido épico que elevaba como héroes a los invasores y a los invadidos como hijos del diablo”.
“Vencer al demonio significaba acumular por cuenta de los buenos conquistadores un nuevo territorio, anulando la antigua ciudad de Xelajúj Noj. A mitad hay promesa de vida por innumerables familias que en la atmósfera de la acometida pasaron a ser fantasmas procedentes del averno, solo perceptibles en las encomiendas del trabajo forzado y la esclavitud, es sobre este argumento que está construida la ficción de la fundación de Quetzaltenango”, expuso Matul.
Matul también dejó en el pensamiento de quienes participaron, con base a investigaciones, que este territorio no es de 500 años, más bien ya cuenta con ocho mil años y una prueba es que hace 12 años en la zona 5 fueron hallados restos fósiles de un cliptodonte de más de 1.50 metros de altura y si a eso se le agrega las puntas de flecha de obsidiana encontradas en la localidad, se podría llegar a la conclusión que grandes grupos humanos llevaron a cabo aquí en Xela su evolución y su tránsito de nómadas a sedentarios.
“Seguramente una intensa reflexión de reconciliación con la historia nos permita reconocer que somos más de 500 años y que en la memoria colectiva se encuentra depositada la historia milenaria entretejida en el tiempo del pueblo originario y también en la memoria originado antiguamente llamado ladino. ¡Somos más de 500 años!”, exclamó.
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