El estadio Mario Camposeco, una cancha en la que Julio Ariz “el Loco” Leiva jugó muchas veces vistiendo la camisola superchiva, fue el lugar donde anoche se le rindió un homenaje póstumo.
Redacción/laprensadeoccidente.com.gt
Un día después de la muerte del exfutbolista y director técnico Julio Ariz Leiva, en un atentado armado en La Democracia, Huehuetenango, sus restos fueron trasladados a la ciudad de Quetzaltenango, donde el Club Xelajú MC, con el cual jugó entre 2003 y 2004, así como en 2008, le rindió un homenaje póstumo.
En esta emotiva despedida, que se inició con un minuto de aplausos, participaron dirigentes del club superchivo, aficionados, familiares y seres queridos del estratega nacional, quien logró cinco ascensos con equipos de divisiones inferiores.
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Sobre el féretro fueron colocadas flores, así como la distintiva camisola roja del Xelajú, mientras directivos y amigos expresaban sus condolencias a sus familiares y compartían el cariño que le tenían al jugador.
El actual director deportivo de Xela, Johnny Cubero, quien compartió como jugador con Ariz Leiva, manifestó el dolor que generó su deceso. “Hace unos días estuvo por acá compartiendo con nosotros (en un amistoso entre Xelajú y San Pedro), era un hombre con mucho carisma, en los lugares donde estuvo siempre hizo amigos, en lo personal era un amigo de muchos años. Me duele mucho porque se empaña el futbol”, comentó el costarricense, quien se solidarizó con sus allegados.
Familiares agradecieron las muestras de cariño de la afición y del club, señalando que a él siempre le gustó Quetzaltenango desde pequeño. “A mi hermano no lo opacaron, sino que lo inmortalizaron, ya que por muchos años van a hablar de él”, expresaron sus seres queridos.
Tras la despedida en el recinto altense, los restos de Julio fueron trasladados a la capital, para ser velado e inhumado.
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