Una delegación de Amnistía Internacional llegará a Xela para entrevistarse con Virginia Laparra y presentar el informe “Todo el sistema en contra”, criminalización de mujeres operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos en Guatemala.
Adrián Velásquez/laprensadeoccidente.com.gt
La reunión ocurrirá en un hotel del Centro Histórico con la presencia de Ana Piquer, directora para Américas de Amnistía Internacional; Edith Olivares Ferreto, directora de Amnistía Internacional México, y Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, quienes están en el país desde el miércoles y se han reunido con medios de comunicación, operadores de justicia y defensores de los derechos humanos.
Dicho informe se basa en entrevistas y el análisis de una decena de casos para exponer las características de un patrón de criminalización y hostigamiento contra personas que participaron profesionalmente en la lucha contra la impunidad y la corrupción, así como violaciones de derechos humanos, discriminación y violencia de género.
Entre los casos destacan las historias de la exjueza Erika Aifán, la exfiscal y presa de conciencia Virginia Laparra, las ex auxiliares fiscales Paola Escobar y Aliss Morán, y la abogada y exmandataria de la CICIG, Claudia González.
Cual fénix resurgiendo de las cenizas, así fue la liberación de Virginia Laparra
El patrón de hostigamiento continuo es por medio del abuso del sistema penal llevado a cabo por parte de las autoridades del Ministerio Público (MP) y del Organismo Judicial (OJ) para reprimir y desmantelar la lucha contra la corrupción y la impunidad, incorpora varias formas de discriminación y violencia de género que exponen a las mujeres criminalizadas a un doble castigo, dijo Amnistía Internacional en su nuevo informe, “Todo el sistema en contra”, criminalización de mujeres operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos en Guatemala
“Es alarmante ver cómo las autoridades del Ministerio Público y el Organismo Judicial a cargo de estos casos no solamente han implementado una estrategia perversa de persecución penal infundada y de intimidación, sino que además dan paso libre, con total indiferencia e impunidad, a la discriminación y la violencia basada en género en contra de las mujeres operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos criminalizadas”. dijo Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Las personas que participaron profesionalmente en la lucha contra la impunidad y la corrupción enfrentan acciones coordinadas destinadas a perseguirlas judicialmente y encarcelarlas de forma arbitraria, a través de cargos infundados y presentados en procedimientos penales sin las garantías de un juicio justo. Estas acciones conforman un patrón de criminalización y hostigamiento que a su vez constituyen violaciones de derechos humanos atribuibles al MP y el OJ.
“En lugar de ser protegidas, estas mujeres están expuestas a un castigo adicional solamente por haberse atrevido a enfrentar la impunidad y los roles de género tradicionalmente establecidos”, agregó Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional insta a las autoridades a desestimar las denuncias penales infundadas y que tengan como objetivo o resultado menoscabar el trabajo de las personas operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos, atemorizarlas o castigarlas por su labor, e investigar el hostigamiento judicial, así como todas las formas de acoso, discriminación y violencia de género descritos en el informe.
Además, es fundamental que las autoridades adopten políticas y medidas para identificar, evitar y sancionar la discriminación y la violencia de género en contra de mujeres operadoras de justicia, defensoras de derechos humanos y periodistas, incluso en entornos digitales.
La organización también recomienda adoptar medidas para facilitar la reintegración del personal del MP forzado a renunciar, despedido arbitrariamente o sancionado injustamente en el contexto descrito antes, así como velar porque que los procesos de selección de magistradas y magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de Corte de Apelaciones se basen en la idoneidad, méritos e independencia de las y los aspirantes al cargo y sean transparentes.