“Que los hijos de españoles e indias que anduviesen perdidos se recojan y saquen de entre los indios, trayéndolos a vivir a las ciudades de españoles”
(Real Cédula de 1,565, 41 años después de la invasión española)
Dr. Roney E. Alvarado-Gamarro
La anterior cita da pie a un trabajo todavía en construcción teórica que aspira argumentar una categoría consistente y abarcadora de la concepción tradicional del pueblo mestizo o ladino que en muy alto porcentaje ha sido implantada por la antropología extranjera que no logra o no pretende abandonar su génesis racista que aborda sus investigaciones desde la exacerbada linealidad racional que plantea la relación sujeto (el investigador) – objeto (el investigado). Tal propuesta pretende otorgar contenido a la Identidad mestiza desde la visión histórica del mestizo mismo, desde su profunda raigambre originaria maya que reside en los más recónditos pliegues de su memoria histórica aunque no lo reconozca racionalmente.
Con la invasión española, la desarticulación -a medias- de nuestros tejidos sociales, la vil ocupación de los cuerpos de nuestras abuelas aterradas e impotentes, se ORIGINA EL ser inesperado para el invasor y el invadido: No hay pueblo sin cultura, no hay pueblo sin identidad y menos sin origen. De ninguna de estas esencias carece el PUEBLO ORIGINADO; carece eso sí, de memoria histórica, pero solo en los planos racionales pues en su subjetividad, en su olvido, -recurso de la memoria- y en sus más complejos mensajes genéticos pervive indómito el inmenso caudal milenario de su cultura madre.
Este pueblo, no es descendiente de los ”hijos” de invasor español y mujer indígena, por lo menos no en su mayoría. Hablamos de un hijo o hija cuando hay relación convenida entre una pareja para la concepción de la vida, pero cuando se trata de violación, hablamos de producto, no de hijo o hija.
Aunque una minoría de mestizos biológicos fueron hijos de español y mujer indígena por negociación entre élites, la mayoría de españoles no se enteraron ni les importó el resultado de sus actos. Este mestizo, originado es ORIGINADO En un territorio invadido, en medio de dos tiempos, dos concepciones de vida, dos éticas, dos cosmovisiones y un sufrimiento. Estos seres originados sobrevivimos por un factor ético ORIGINARIO: El respeto y la veneración a la vida de nuestras madres. El PUEBLO ORIGINADO, es a la vez; producto del abuso invasor pero también hijo de la TERNURA que fue la respuesta de vida al régimen de muerte. El mestizo ORIGINADO “está en la daga del invasor y en la carne que atraviesa” (Cardoza y Aragón, Novelas de caballería)
Los primeros ORIGINADOS, fuimos secuestrados de nuestros pueblos, trasladados a las ciudades españolas, condenados a la miseria, la ociosidad y la marginación después de cuarenta años de la invasión. Es en el secuestro en donde el colonialismo define el artificio de las fronteras étnicas e identitarias. Podemos decir que el primer “ladino” categoría diferente a mestizo biológico- era indígena y los primeros mestizos en pueblos de indios fuimos culturalmente ORIGINARIOS.
Hoy tenemos 500 años y en la recuperación de nuestra memoria histórica, la descolonización ideológica y la recuperación de la ternura reside el impulso que nos reconciliará con nuestra cultura madre y nos devolverá a la desideologización de la identidad que es la ruta que ha de llevarnos de regreso al regazo de nuestra madre originaria
Ciudad Xelajù (She lajuj Nòj) 21 de marzo de 2024. Dr. Roney E. Alvarado-Gamarro