En una atmósfera cargado de nostalgia, pero sobre todo de repudio y condena por parte de familiares de los desaparecidos durante el Conflicto Armado Interno, se inauguró el mural ‘¡Los muros no olvidan!’, en homenaje a los estudiantes mártires de Quetzaltenango.
Redacción/laprensadeoccidente.com.gt
El mural es en conmemoración del 25 de febrero, Día de las Víctimas del Conflicto Armado Interno. Se ubica en el área del Polvorín, Parque Intercultural, zona 3, donde funcionó la antigua Zona Militar, a donde el ejército llevaba a sus víctimas para torturarlos.
Desde el lunes 24 de febrero, el espacio ha sido inaugurado al público con el propósito de honrar la memoria de aquellos que sacrificaron su vida y libertad en la lucha por un país más justo, según informaron los organizadores
Este evento histórico ha sido posible por la iniciativa de los artistas de la Zona Encendida del Parque Intercultural, la colaboración del colectivo Hijos de Guatemala y Rescate CUNOC (Centro Universitario de Occidente).
Clara Mariacas, de Zona Encendida, mencionó que el muro se ha convertido en la séptima estación del Museo de la Memoria. Este espacio tiene como objetivo preservar la memoria histórica y evitar que se pierda, ya que existen esfuerzos sistemáticos y estructurales que buscan que las nuevas generaciones no conozcan lo que sucedió en lo que fue la base militar, ahora conocida como Parque Intercultural.
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Entre los desaparecidos
En el muro se cuentan fotos de 53 quetzaltecos desaparecidos o asesinados, entre ellos Joaquín Rodas Andrade, hermano del exprocurador de Derechos Humanos, Jordán Rodas Andrade, ahora en el exilio.
“De mi hermano Joaquín, ni cenizas ni sus huesos. Solo su nombre. Tenía 21 años con todos los ideales para una patria que supiera reconocer su gente. Pero vivimos y hemos vivido por cinco generaciones persecución política. Hasta lo más reciente con el exilio que tiene mi hermano (Jordán Rodas Andrade) en el exterior”, dijo cargado de repudio Héctor Rodas Andrade, poeta.
También de Carlos Abel, Federico Adolfo y Cornelio Enrique, hermanos del destacado académico e intelectual Daniel Matul.

Mientras Daniel Matul Morales recordó cuando los militares se llevaron a sus hermanos: “Los tres fueron capturados por un contingente del ejército en mi casa de habitación que está a media cuadra de este centro (Parque Intercultural) que era la Brigada Militar”.
Puntualizó: “Se los llevaron a Concepción Chiquirichapa, ahí directamente dispusieron de sus vidas mediante la práctica del fusilamiento. El argumento del ejército criminal, de ese entonces, daba a conocer que eran gentes peligrosas por su capacidad de pensar y posición crítica y les apodaban subversivos como sucedió con miles y miles de cientos de gente en Guatemala”.