Labor La Trinidad es un centro de eventos empresariales, sociales y familiares que ha adquirido mucho prestigio en Quetzaltenango por sus espacios, servicios y la calidad de la atención. La responsable de este éxito es la señora Magnolia Velásquez de Quemé, empresaria y emprendedora, quien comentó en esta entrevista cómo fue que se originó la idea y los planes que tiene para continuar creciendo.
Por Stuardo Calderón/La Prensa de Occidente
¿Cuándo comenzó con la Labor La Trinidad?
El proyecto se inicio en 2012, no iba enfocado a ser una labor, la idea era colocar un negocio de construcción, pero dentro del terreno existía un pozo que había sido de cuatro generaciones anteriores y, en ese entonces, cuando los albañiles iban a comenzar a trabajar, el agua no fluía, llegaron a excavar 68 metros para ubicar el agua, pero no encontramos nada. Además, dentro del terreno había un altar maya que había pertenecido a mis abuelos, donde ellos agradecían al Creador cuando iban a realizar las siembras. Desde ese momento ya no quise vender, porque la idea era hacer un condominio, iba a terminar con todo. Se replanteó el proyecto y se hizo la primera fase, un corredor, la casa, se colocó un toldo con cabida para 150 personas, donde se empezaron a desarrollar eventos con espacios verdes. Solicitamos un financiamiento y construimos un salón temático con la fachada de una ermita o iglesia con estilo colonial, como las de Antigua Guatemala.
¿Quién diseñó el proyecto?
Mi esposo fue el de la idea, la cual fuera más allá de cuatro paredes, con una temática más campestre, área infantil, estacionamiento y detalles que salieran de lo común. En el segundo año de labores recibimos el reconocimiento de “Empresa innovadora” por la Mesa de Competitividad de Quetzaltenango; además, tuvimos participación con el Grupo Gestor y en el CIDEQ, que es la directiva del Centro Intercultural.
¿Podría compartirnos el tipo de servicios que ofrecen?
Manejamos comida gourmet, va a depender de lo que el cliente pida. Contamos con servicio de catering y en determinado momento alquilamos solo el salón para determinadas actividades. Hemos tenido alianza con varios restaurantes, algunos de comida internacional, como el Rincón Suizo y otros de Quetzaltenango.
Usted es la administradora y la que lleva la dirección, ¿qué estudios realizó?
Cerré la carrera de administración de empresas y actualmente recibo cursos de protocolo y etiqueta, próximamente iré a un encuentro de esta área en Lima, Perú.
¿Qué planes tiene?
En este lugar, yo me relajo y me motiva, el proyecto empezó con la ayuda del Intecap, Ideas para Guatemala y otras instituciones que nos han apoyado. Mi sueño es fortalecer la empresa, ofrecerle al cliente un servicio especial y organización de bodas distintas, similares a las de Antigua Guatemala, donde los extranjeros aprovechan los espacios para casarse. Nos falta infraestructura, pero hemos recibido eventos importantes, entre los que puedo mencionar la actividad con el comisionado de la Cicig. Actualmente, pertenezco al Buró de Convenciones de Quetzaltenango y trabajamos con otros centros para crear una plataforma diferente que permita atender otro tipo de eventos, no solo sociales sino empresariales. Nuestro objetivo es tener un restaurante propio para brindar un servicio más personalizado y también construir un hotel para dar servicio a las personas que vengan de afuera.
¿Cuál es el promedio de los platillos que manejan?
Esto va a depender de la cantidad de personas que van a asistir a un evento. Manejamos varios menús, como le comentaba anteriormente. Contamos con una planilla de personal que labora de forma permanente, pero cuando un evento es grande contratamos más personal (meseros, reposteros, etc.) para que apoye el día del evento. Aproximadamente, necesitamos 30 personas para brindar un servicio completo.
¿Quiénes los buscan más?
Al inicio pensé que solo recibiríamos personas de Quetzaltenango, pero también nos contratan personas del suroccidente. Vienen tantos jóvenes de fuera a estudiar a Xela que en el momento de elegir un centro para celebrar su graduación, nos han visto como una buena opción. Tuvimos la oportunidad recibir a unos extranjeros que vinieron a celebrar una boda con rituales mayas. Hemos tenido el apoyo del Inguat, al principio tuvimos el respaldo de la Cámara de Turismo, luego el del Buró de Convenciones.
¿Qué otras ocupaciones tiene?
Actualmente participo en la Junta Directiva del Grupo Gestor y del CIDEQ, así mismo, fui fundadora de la Gremial de Mujeres Empresarias de la Cámara de Comercio. Lo que había soñado realmente era tener un centro de convenciones, hemos mejorado gracias al apoyo mucha gente, hemos tenido la oportunidad de recibir muchos eventos internacionales; hace dos años recibimos al famoso Mariachi de Tuxtla, de México.
¿Su mensaje para aquellas mujeres que la ven como ejemplo y también tienen sueños por cumplir?
El primer paso es salir de la zona de confort, hay que buscar alianzas e integrarse a programas de desarrollo, aprovechar las oportunidades y prepararse profesionalmente para tener una visión clara. Uno debe estar innovándose y adaptarse a las nuevas tendencias. Hay una frase que me encanta: “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”, debemos inculcar a nuestros hijos y que ellos colaboren, pues son un apoyo fundamental.