La mayoría de personas de la tercera edad que vive en asilos se encuentra en una situación de abandono. En la época de fin de año suele ser muy nostálgica, sin embargo, esto se contrarresta con el amor y la compañía de cientos de quetzaltecos solidarios.
José Racancoj/La Prensa de Occidente
El próximo 23 de enero, don Francisco Ruiz cumple cinco años de vivir en el hogar de ancianos La Misericordia, ubicado en la 14 avenida, zona 1 de Xela, a cargo de la Familia Vicentina de Quetzaltenango. Él, al igual que la mayoría de adultos mayores en similares condiciones, afronta situaciones difíciles, “pero el único que puede sacarnos de esta soledad es Dios”, comentó.
La forma en la que el Señor se manifiesta es a través de muchas personas, durante la Navidad y el fin de año, cientos de quetzaltecos y organizaciones se acercan a los hogares para compartir con ellos. “Es muy alegre, pues nos llegan a visitar, nos llevan regalos y la pasamos muy bien. Esta es una época de mucho cariño y amor hacia el prójimo y aquí se demuestra”, expresó don Francisco, quien nació en Retalhuleu y trabajó como agente viajero.
En el hogar La Misericordia son atendidos 15 adultos mayores en situación de abandono, dio a conocer sor Carmen López, responsable del asilo. “La gente llega para celebrar la Navidad con ellos, casi todos los días, la población trae cena, almuerzo, ponche y regalos; algún programa recreativo, pero principalmente la convivencia”, explicó López.
Estas muestras de afecto sorprenden y se agradecen, afirmó la religiosa, “admiro a los quetzaltecos, pues se preocupan por estas personas”, agregó.
Luisa de Marillac
Otro de los hogares a donde los altenses vuelcan su atención y ayuda es el Hogar de Ancianas Santa Luisa de Marillac, en la zona 10, donde se atiende a 37 mujeres de la tercera edad.
Personal del asilo, que está a cargo de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, comentaron que este mes, así como en mayo, por el Día de la Madre, son los que mayor actividad registran, donde las ancianitas “más lo disfrutan”.
“Me gusta y me divierte la compañía de la gente especialmente en esta época”, expresó Amanda Alvarado, de 74 años, quien vive en el hogar. Para ella, esta época la trae recuerdos de sus papás, “ellos ahora están en el cielo, pero los recuerdo con mucho cariño”, refirió doña Amanda.
Muestra de cariño
Una de estas convivencias navideñas reunió en el Hogar Santa Luisa de Marillac a 67 adultos mayores de tres asilos: La Misericordia, San José, de Quetzaltenango. Fue una actividad organizada por 14 estudiantes de fisioterapia de la Universidad Rafael Landívar (URL), campus Quetzaltenango, como parte del cierre de sus prácticas clínicas.
A lo largo de su entrenamiento, los universitarios trabajan con personas de la tercera edad de los tres asilos en terapia física y ocupacional. “Como parte de la terapia ocupacional está la inclusión social y llevamos a los abuelitos a diferentes actividades; hoy por ser el cierre de prácticas decidimos hacer un convivio y unimos a los tres hogares”, precisó Melissa Sagastume, supervisora de práctica de los asilos de ancianos de la URL.
Susana Camper, de la URL, dijo que con estas actividades se mejora la calidad de vida de los adultos mayores y se les dota de fuerza y vitalidad. “Además, se sensibiliza a los estudiantes y se les forma de una manera integral, para que se den cuenta de que pueden ayudar en actividades como estas”, afirmó.