La Fundación Gabo anunció el martes como ganador del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2024 al periodista José Rubén Zamora, fundador y director de elPeriódico, en virtud de sus más de tres décadas de tenaz y valiente trabajo profesional dedicadas a develar la corrupción y abusos de derechos humanos que han asolado a Guatemala. El acta que sustentó la decisión.
El Consejo Rector de la Fundación Gabo, conformado por Leila Guerriero y Martín Caparrós (Argentina), Natalia Viana y Rosental Alves (Brasil), Mónica González (Chile), Germán Rey (Colombia), María Jesús Espinosa de los Monteros (España), Jon Lee Anderson (Estados Unidos), Carmen Aristegui (México), Carlos Fernando Chamorro y Sergio Ramírez (Nicaragua), Héctor Feliciano (Puerto Rico) y Luz Mely Reyes (Venezuela), reunidos de forma virtual el día 11 de marzo de 2024, con la asistencia del equipo de la Fundación Gabo encabezado por su director general, Jaime Abello Banfi, decide otorgar el Reconocimiento a la Excelencia Periodística del Premio Gabo 2024, que hace memoria a nuestro fundador Gabriel García Márquez, al periodista guatemalteco José Rubén Zamora Marroquín, fundador y director del elPeriódico, en virtud de sus más de tres décadas de tenaz y valiente trabajo profesional cuyo motor ha sido develar la corrupción y abusos de Derechos Humanos que han asolado Guatemala, por lo cual hoy paga con su encarcelamiento desde hace un año y ocho meses.
Cual fénix resurgiendo de las cenizas, así fue la liberación de Virginia Laparra
ElPeriódico es un diario que marcó la historia del periodismo en su país con casi 27 años de férrea denuncia de los delitos en que ha incurrido el poder corrupto, los crímenes cometidos en los 36 años de cruenta guerra civil y de quienes han sellado la impunidad. Durante el gobierno de Alejandro Giammattei (2020 – 2024), Zamora publicó más de 200 investigaciones periodísticas que mostraron el alarmante nivel de corrupción en Guatemala, con ilícitos protagonizados incluso por miembros del entorno íntimo del presidente. Muchas de ellas aparecieron en El Peladero, una columna escrita en tono humorístico, pero no por ello menos rigurosa, en la que Zamora desvelaba la corrupción y el abuso de poder con implacable desparpajo. Así fue como desnudó la poderosa trenza que se apoderó del Ministerio Público y que arremetió contra fiscales y jueces probos.
Zamora tocó allí un nudo neurálgico del nuevo poder autoritario de su país. La persecución y el acoso contra el buen periodismo se desató. Y Zamora no frenó la potencia de sus denuncias hasta que su casa y las dependencias del elPeriódico fueron allanadas y él apresado. José Rubén ha estado en prisión desde el 29 de julio de 2022. Durante los primeros 17 meses de encarcelamiento, hasta la llegada de Bernardo Arévalo al poder (enero 2024), Zamora fue sometido a torturas y pasó 23 horas al día en aislamiento en una celda a oscuras. Fue condenado en un polémico juicio –denunciado por organismos internacionales por “numerosas vulneraciones de las normas internacionales y regionales”– a seis años de cárcel por lavado de dinero, al punto de que se ha ordenado la realización de un nuevo juicio.
Un día después de que Zamora fuera apresado, la Fiscalía ordenó congelar sus cuentas bancarias y las de elPeriódico. Sin dinero, y en medio del acoso que se desató contra el periodismo independiente de ese país, el medio más importante de la historia reciente de Guatemala debió cerrar sus puertas en mayo de 2023, con su director en la cárcel.
José Rubén Zamora nació el 19 de agosto de 1956. Su abuelo, Clemente Marroquín Rojas, fue un reconocido periodista en la década de 1920 y fundador del diario La Hora. Alarmado por los ataques y persecuciones que sufrió su abuelo, José Rubén huyó de los medios y estudió Ingeniería Industrial y luego Banca y Finanzas. Sin embargo, fue el estímulo de uno de sus 14 primos activos en el periodismo lo que lo llevó a administrar su primer medio de comunicación, el Telenoticiero Siete Días, entre 1988 y 1989. En 1990, fundaría Siglo Veintiuno, el primer medio de investigación periodística en Guatemala. Durante seis años lo dirigió y financió con la ayuda de empresarios que luego le retiraron su apoyo tras la revelación de abusos y violaciones a los Derechos Humanos cometidas por militares.
El impacto más allá de las fronteras de Guatemala de esas revelaciones le significaron enfrentar censura gubernamental e incluso secuestros, golpizas y atentados. Tras el intento de autogolpe de Estado del presidente Jorge Serrano Elías, en mayo de 1993, se produjo un gran movimiento de resistencia que culminó con su derrocamiento. El liderazgo de Siglo Veintiuno con su trabajo riguroso y valiente fue reconocido internacionalmente: José Rubén Zamora obtuvo en 1995 el premio María Moors Cabot y el CPJ International Press Freedom Award, y, cinco años después, el nombramiento como uno de los 50 “Héroes internacionales de la libertad de expresión” del International Press Institute. Otra página en la denuncia de corrupción y crímenes del poder autoritario la protagonizó Zamora con los abusos cometidos por el presidente y ex jefe de Inteligencia del Ejército de Guatemala, Otto Pérez Molina, quien debió abandonar el poder en el año 2015.
ElPeriódico, medio que fundó en 1996, fue el resultado de un gran esfuerzo personal para crear una alternativa de información a los medios guatemaltecos de vieja data. La independencia del medio quedó plasmada desde su inicio con su enfoque frontal y sin eufemismos en la denuncia de la corrupción y sus responsables, y la trama que se fue tejiendo en el poder político, económico, militar y judicial para el enriquecimiento ilícito y la impunidad de esos delitos y de los crímenes cometidos en la guerra civil.
A medida que la corrupción y los abusos fueron en alza, la animadversión contra Zamora y elPeriódico –y también contra otros periodistas y medios que se atrevían a desafiar el cerco con sus publicaciones– se potenció. El buen periodismo se convirtió en amenaza y un enemigo para el poder. Y se buscó dar un ejemplo castigando al periodista que muchos tenían como referente: José Rubén Zamora. Con el sistema de un Ministerio Público viciado, se despachó la orden de prisión y juicio en su contra.
Asumir los desafíos que marcan la trayectoria de José Rubén Zamora en el contexto guatemalteco y centroamericano es un testimonio de excelencia en el ejercicio periodístico. ¿Qué mayor señal de excelencia que la de un periodista que ha dedicado más de 30 años a investigar la corrupción en su país con una democracia en vilo? ¿Qué mejor ejemplo de excelencia que el de un periodista de investigación que persiste en su labor después de ser secuestrado, torturado y despojado de su dignidad frente a su familia, sometido incluso a un simulacro de ejecución? Que a pesar de ser forzado al exilio y de haber sido advertido sobre la inclusión de su nombre en una lista de personas que serán ejecutadas, regresa a su país para continuar su lucha. José Rubén Zamora es el paradigma de un periodista de investigación y posiblemente el máximo símbolo de la lucha contra la corrupción en el periodismo latinoamericano. Es difícil encontrar a alguien en esta región que haya denunciado más casos de corrupción y que termine en prisión junto a aquellos a quienes ayudó a enviar allí a través de sus punzantes investigaciones.
Este reconocimiento que hoy merecidamente hacemos a José Rubén Zamora va mucho más allá de su persona. Es un símbolo de la encrucijada democrática que atraviesan Guatemala y otros países de América Latina. Es un ferviente llamado a buscar nuevas formas para proteger la libertad de prensa en nuestras sociedades y de reivindicar el buen periodismo, un ejercicio inseparable para la vida democrática. Ese periodismo independiente, riguroso y libre –bajo el fuego del poder en Guatemala y otros países– está llamado a ser el principal contrapeso contra el nuevo autoritarismo en nuestra región que socava la democracia desde adentro, cooptando la justicia, ministerios públicos y policías para proteger los núcleos de corrupción en el poder. Ese buen periodismo que es como el oxígeno para los ciudadanos y que Zamora representa de forma emblemática.