La carta de Bernardo Arévalo, presidente electo, a Alejandro Giammattei, misiva que le fue a entregar personalmente la noche del miércoles a Casa Presidencia, dice así:
Señor
Alejandro Giammattei
Presidente Constitucional de la República
El principal responsable de la crisis que vive nuestro país es usted, presidente de la República.
Durante las últimas semanas, miles de guatemaltecos y guatemaltecas han dejado sus hogares, han pasado horas a la intemperie, han caminado decenas de kilómetros. Miles de personas además han asumido costos irreparables en sus trabajos y negocios. El responsable es usted.
Durante meses el pueblo de Guatemala ha sido testigo de los intentos de Consuelo Porras – la Fiscal General que usted reeligió- de anular la voluntad popular. Porras ha emprendido acciones dirigidas a burlarse del pueblo de Guatemala, romper la integridad del proceso electoral y negar los resultados de las elecciones del 25 de junio y el 20 de agosto. Estas acciones llegaron a su punto más escandaloso cuando, el 30 de septiembre de este año, fiscales del Ministerio Público irrumpieron con fuerza excesiva en la sede del Tribunal Supremo Electoral, secuestraron las actas emitidas por los órganos electorales y atropellaron y humillaron a los magistrados electorales.
Durante todo este proceso, usted Dr. Giammattei, ha permanecido callado. Y cuando se ha dignado hablarle al pueblo, lo ha hecho para ofenderle e incitar a la violencia. Su silencio es interpretado por el pueblo como un consentimiento del ultraje a nuestras instituciones democráticas. Su silencio, señor presidente, es un insulto al pueblo de Guatemala,que ha respondido con valor y decisión a través de lo que posiblemente sean las movilizaciones masivas más grandes de nuestra historia.
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El pueblo no ha salido a las calles por el Movimiento Semilla, por Karin Herrera, o por Bernardo Arévalo. El pueblo altivo de Guatemala ha salido a proteger nuestra democracia, a hacer valer los derechos consagrados en la
Constitución que usted mismo juró defender. El pueblo además ha salido a la calle a expresar de forma pacífica la ira acumulada por cuatro años de aumento en la violencia, de alza en los precios de los alimentos, de corrupción desbocada , de crisis de salud pública, de dinero robado, mentiras y promesas incumplidas.
La legitimidad de estas expresiones de protesta es evidente y se comprueba por el hecho notorio de que la Policía Nacional Civil las ha protegido y defendido de las agresiones de infiltrados y de personas violentas e intolerantes . Como presidente electo he reconocido esta legitimidad, y alentado el ejercicio pacífico de estos derechos constitucionales. Usted, en cambio, señor presidente, ha permitido, consentido y avalado que nuestra Constitución sea despreciada por la funcionaria golpista que usted mismo nombró.
Ya no nos distraiga más. El pueblo de Guatemala ya decidió que quiere un cambio.Estamos listos para iniciar el futuro. Su carta es un intento de engañar al pueblo de Guatemala para dividirnos y confrontarnos, y llevarnos a una situación crítica de la cual usted es el principal responsable. Ya basta. Le ha infligido demasiado daño a este pueblo los últimos cuatro años; no hay justificación para seguir haciéndolo en los 95 días que le quedan en Casa Presidencial.
Usted, doctor Giammattei, tiene en sus manos la llave que puede desarmar esta crisis. Escuche al pueblo, deje de evadir su responsabilidad, utilice su posición para denunciar las acciones ilegales y espurias de los funcionarios corruptos del Ministerio Público, y solicite a la señora Consuelo Porras la renuncia al cargo de Fiscal General. Frene el asalto a la democracia.
Por mi parte, con el objetivo de contribuir a salir de la crisis a la que usted nos ha conducido, estoy en plena disposición, como presidente electo, de acompañar como testigo el diálogo mediado por la Organización de Estados Americanos. En este diálogo existen dos partes fundamenta les, la primera son los organizadores de las protestas, las autoridades ancestrales de los pueblos indígenas, que han planteado sus propias demandas, las cuales deben ser escuchadas y atendidas. No pretenda invisibilizar el liderazgo de estas autoridades, ni pretenda negar la legitimidad de sus demandas. Ellas y ellos son parte indispensable de la solución.Y usted, presidente, quien es la única persona que puede frenar las acciones de Consuelo Porras mediante la exigencia de su renuncia, en el ejercicio de su autoridad constitucional.
El pueblo de Guatemala ha demostrado que está en plena capacidad de hacer escuchar su voz fuerte y clara. Solo hace falta que usted, señor presidente, escuche.
Respetuosamente,