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29 de diciembre dio inicio el Año del Jubileo en las diócesis de todo el mundo

A seis días de inaugurado el Año Santo con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, la Arquidiócesis Metropolitana de Los Altos Quetzaltenango – Totonicapán dio comienzo al Año de Jubileo o Año Jubilar, algo que ocurre cada 25 años.

José Cancinos/laprensadeoccidente.com.gt

El acto de fe tuvo lugar en la parroquia Nuestra Señora de Soledad, El Calvario, con la celebración guiada por monseñor Mario Molina, arzobispo emérito de la región.

El tema de este Jubileo 2025 es «Peregrinos de esperanza», será un año de esperanza para todo el mundo, que sufre el flagelo de las guerras, los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 y la crisis del cambio climático.

El inicio del Año Jubilar se caracterizó por un acto de fe pública, donde los feligreses, en un gesto de devoción y unidad, llevaron en hombros la imagen de Cristo Crucificado desde la Parroquia Nuestra Señora de Soledad hasta la Parroquia del Espíritu Santo, Catedral. Este gesto simboliza la carga compartida de la fe y el compromiso de caminar juntos hacia la gracia y el perdón.

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Este año jubilar, se fundamenta en el llamado a «caminar hacia Cristo». Este recorrido no solo representa un viaje físico, sino también un camino espiritual hacia la redención y la salvación, donde cada paso se traduce en buenas obras y un compromiso renovado con la fe.

Durante la ceremonia, monseñor Molina recordó a la feligresía la importancia de la esperanza en tiempos difíciles: «Bendito el Señor, nuestra esperanza, nosotros aguardamos al Señor, Él es nuestra auxilio y escudo», expresó en su homilía. En un contexto marcado por la guerra y el desorden, el arzobispo instó a la comunidad a ser portadores de la paz y la esperanza que solo Cristo puede ofrecer.

«Este rincón es para nosotros el preludio, la introducción de una rica experiencia de gracia y misericordia», afirmó monseñor Molina, reafirmando la necesidad de estar siempre dispuestos a compartir la esperanza que nutre el espíritu. La celebración del Año Jubilar no solo convoca a la comunidad a unirse en oración, sino que también les anima a vivir con un propósito renovado, guiados por el Espíritu Santo en su camino hacia el encuentro con Cristo.

Con este inicio, la Arquidiócesis Metropolitana de Los Altos Quetzaltenango – Totonicapán se embarca en un año de gracia y consuelo, invitando a todos a experimentar la transformación que proviene de la fe y la esperanza en Dios, Cristo y el Espíritu Santo.

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