Hace cinco días había celebrado con mariachis cristianos su cumpleaños 59, Hemán Noé Reyes Rivas, superintendente general de la Misión del Espíritu Santo Santuarios Monte Sinaí de Quetzaltenango.
José Cancinos/laprensadeoccidente.com.gt
La mañana del martes 10 de septiembre, la noticia sobre el fallecimiento de Reyes Rivas tras un infarto conmovió al pueblo evangélico quetzalteco, del país y congregaciones fuera de las fronteras patrias.
“El domingo empezó a sentirse mal y sufrió las primeras molestias al corazón mientras predicaba, no le importó y continuó”, manifestó su esposa Alma de Reyes, con expresión de tristeza.
“Tenía una frase que repetía: ‘que quería morir de pie como los árboles’ y así fue”, recordó la pastora Reyes.
El “hermano Hemán”, como respetuosamente le llamaban, está siendo y será velado durante cinco días en la sede central de la misión que durante 40 años dirigió, ubicada en la cima del cerro del Paseo La Pedrera, zona 1.
El domingo se realizará el sepelio y se despedirá su cuerpo con un culto general para luego ser trasladado al cementerio privado Minerva, vecino al Hospital Rodolfo Robles.
Misión cumplida
Hemán empezó a predicar desde los cinco años junto a su progenitor Noé Reyes, fundador de la misión. Fue pastor, músico, papá y abuelo. Quedó al frente de la iglesia cuando falleció su padre.
Desde aquel entonces hasta el último día de su vida realizó una cruzada de fe que lo llevó a fundar 500 congregaciones filiales, más las que se encuentran en Estados Unidos, Belice, México y España.
Ese es el motivo que la familia decidió velarlo cinco días que servirán para dar tiempo para que lleguen congregaciones de otros países para dar el último adiós.
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