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Las gemelas Schoenfeld: Quetzaltecas de acero y maíz se preparan para participar y brillar en las Olimpiadas Tokio 2020

La pasión y amor por el deporte para las gemelas triatletas originarias de Quetzaltenango,  que sueñan con participar en  los Juegos Olímpicos del 2020  en Tokio, Japón, y que lucharán  para posicionarse en los primeros lugares del ranking mundial, comenzó gracias a la motivación y apoyo de su padre Otto René Schoenfeld, quien desde pequeñas les decía : “Aprendan a nadar para sobrevivir, como una cuestión de seguridad”.

Somos católicas. Mi papá murió de cáncer, fue una etapa muy difícil, el santo de la familia es San Judas Tadeo por ser el santo de las causas difíciles y desesperada. El él siempre le compartimos y encomendamos nuestras actividades para que nos ayude a lo que sea.

Por Adrián Velásquez/ La Prensa de Occidente
Fotos Audrey Gamez. Audrey Profille

“Nos empezó a gustar y en época de vacaciones  íbamos a los cursos de natación hasta que aprendimos a nadar, año con años agarramos ritmo y empezamos a entrenar con la selección de Xela”, cuenta una de las gemelas Schoenfeld.

Bárbara Daniela y Bárbara Marlene, vestidas con sudaderos parecidos, jeans y tenis, muy relajadas, sonrientes  y con sus ojos llenos de brillo, se presentan. “A mi me dicen Daniela y a mi hermana le llaman Bárbara”. 

Aunque sus rostros son idénticos, la voz de Daniela es aguda y la de Bárbara un poco más grave.

Cuentan que se iniciaron en la natación cuando tenían entre 12 y 16 años. Aseguran que en  los primeros cinco años  participaron en varias competencias a nivel nacional, pero luego se enfocaron en sus estudios. “Fue hasta en el primer año de universidad que decidimos empezar en el triatlón”, comentan.

Las gemelas agregan: “La carrera era un deporte que lo practicábamos como condición física durante nuestra preparación de natación y participábamos en carreras dominicales, no nos iba tan mal. Solo nos faltaba dominar el ciclismo, por lo que decidimos empezar en el triatlón, nos iniciamos en carreras muy cortas”.

Aseguran que su papá les preguntó si estaban seguras de practicar ese deporte porque había que dedicarle tiempo y esfuerzo, ellas contestaron que sí y aceptaron el reto.

“Poco a poco fuimos subiendo de nivel, los resultados ayudaron para entrar a la selección nacional, este es nuestro octavo año y nos fue mucho mejor de lo que esperábamos”, expresan emocionadas.

Del barrio Bolívar a las olimpiadas
Las hermanas nacieron el 30 de junio de 1991, su familia residía en los alrededores del parque Simón Bolívar, en la zona 1 de Xelajú. Ellas son las mayores de cuatro hermanos, Otto Raúl, de 24 años y Axel Rodrigo, de 21.

Sus padres Seidy Rabanales, pediatra y Otto René Schoenfeld, médico y cirujano, quien falleció en abril del 2015 a causa de cáncer. Además de haber sido el entrenador de sus hijas, fungió como directivo de la Federación de Ciclismo de Guatemala, era un personaje reconocido en Xela por su labor social.

“Por muchos años vivimos en la zona l, pero conforme nuestros papás tuvieron más  posibilidades nos mudamos a otra vivienda cercana al Liceo Guatemala, en la zona 3; actualmente vivimos en la zona 9, cerca del hospital nacional”, agregan.

¿Dónde aprendieron a nadar? 
“Aprendimos a nadar en la piscina del complejo deportivo. Nuestra primera competencia fue en la piscina del Hotel del Campo, conforme  íbamos  creciendo nos fuimos involucrando en la asociación”.

Daniela y Marlene  cursaron sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio María Auxiliadora, y se graduaron de bachilleres en Ciencias y Letras.

Luego estudiaron en la Universidad Rafael Landívar de Xela, donde se graduaron en Ciencias Jurídicas y Sociales. “Somos abogadas graduadas, colegiadas y juramentadas por la Corte”, reitera Marlene con una sonrisa de satisfacción.

¿Cómo es la vida teniendo a una persona idéntica, un gemelo?
Bárbara comenta: “Para nosotras ser gemelas es normal porque estamos acostumbradas, nos llevamos muy bien con relación a otros gemelos, nuestra conexión es muy fuerte. Muchos nos preguntan qué vamos hacer el día que ya no estemos juntas, pero no es que seamos dependientes la una de la otra, sino que realmente nos gusta hacer las cosas juntas”.

Marlene considera que si una de las dos falta, en un determinado momento,  pueden seguir con sus vidas, como entrenar, cocinar o estudiar, pero que prefieren estar juntas. “No dependemos una de la otra, pero nuestro ritmo de vida es mejor si estamos juntas”.

La conexión de la que hablan las  hermanas, sin duda ha sido un aliado para el triatlón, porque en una competencia que se caracteriza por ser netamente individual ellas lo han transformado en equipo. “Nosotras siempre tratamos de apoyarnos, cuando sabemos que una de nosotras va mejor preparada tratamos de complementarnos, trabajar ciertos tramos y segmentos. Hacemos equipo, es una estrategia”.

Se necesita apoyo de marcas
Las gemelas Schoenfeld Rabanales entrenan cuatro horas diarias, las cuales dividen en dos horas de natación y dos de carrera pedestre y ciclismo.

Comentan que aunque cuentan con un aporte económico del Comité Olímpico este  no es suficiente, pues aseguran que el triatlón exige muchas horas de preparación, suplementos, equipo, y lo más costoso, los viajes y estadías en otros países. “No hemos tenido oportunidad de tener apoyo económico de alguna empresa. Todos los viajes oficiales del ciclo olímpico nos apoya el Comité Olímpico junto con la Federación. Los eventos como el Iron Man no tienen nada que ver con el ciclo olímpico, los  tenemos que cubrir nosotras, tenemos bastantes gastos, boletos, hoteles, alimentos, bicis, etcétera”.

Actualmente están combinando el triatlón con sus estudios “yo elegí continuar con una maestria de Derecho Constitucional y Daniela en Derecho Corporativo, pues la idea es que ambas nos transmitamos los conocimientos adquiridos para trabajar juntas”, dice Marlene.

Como deportistas se han trazado el objetivo de participar en las cuatro competencias que promueve el comité:  Juegos Centroamericanos, Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos y los Juegos Olímpicos. “Este año tenemos como objetivo los Juegos Centroamericanos y del Caribe que son en Barranquilla a finales de julio, el próximo año sería los Juegos Panamericanos en Lima Perú, y en el 2020 los Juegos   Olímpicos   en Tokio”, afirma Daniela.

Añade Marlene: “Es nuestro objetivo máximo como deportistas, pues estamos en busca de nuestra clasificación, es algo difícil porque se clasifica en base a ranking y para estar en una buena posición se tiene que salir a competir a copas o series mundiales, son los puntos que empiezan a contar a partir de mediados de este año, es cuando nosotros empezamos a buscar esos puntos en estos eventos internacionales y lograr clasificar”.

¿La Federación confía en ustedes?
(risas) “Por el momento la Federación nos ha apoyado, nos ha brindado fogueos, pero nunca se tiene el apoyo al cien, siempre estamos  condicionadas de que si no llegamos a cumplir cierto  porcentaje o cierta marca, ya no logramos obtener los siguiente fogueos. Este año aplicaron un nuevo sistema de clasificación en donde como selección nacional, tanto hombres como mujeres, nos está costando entrar y es en mayo cuando se define si la Federación sigue con el apoyo o no, y va a depender de los cambios que ellos quieran aplicar. La  situación esta  difícil, la vemos cuesta arriba, muy inclinada, vamos a tener un momento crítico”.

En ese sentido ellas dejan claro que la Federación solo les da un uniforme al año y es ajena a sus viajes a eventos internacionales, donde pueden lograr triunfos que las suban en los puestos del ranking.

“Nosotras quisiéramos ir a participar a este tipo de eventos, pero necesitamos tener  la capacidad económica para pagarnos e ir a hacer nuestros eventos internacionales y buscar más  puntos, así la federación solo sería la encargada de extendernos el aval y nosotros seguir buscando nuestra clasificación”.

Las hermanas también están conscientes de que las competencias no son para toda la vida, es por eso que buscan crecimiento en el ámbito académico.

“Si trabajamos ahorita sería como apretarnos mucho”, dice Bárbara. “Y no rendir al cien, ni en el deporte, ni en el estudio, ni trabajo. Queremos hacer deporte antes de retirarnos y formalizar nuestra vida profesional”, agrega Marlene.

¿Y su mamá está de acuerdo?
Contesta Marlene: “Gemelas, si ustedes son felices haciendo eso, sigan haciéndolo. Mi mamá siempre fue de la idea de que del deporte nunca vamos a vivir, nos condicionó en nuestros estudios porque dependíamos de ellos económicamente, eran nuestros años de inicio en el triatlón, nunca tuvimos la oportunidad de dedicarnos al cien por ciento en el triatlón, pero ahorita sí, porque ya estamos graduadas y nos ha apoyado siempre”.

“Somos bien portadas”
No todo es libros y adrenalina, Bárbara junto a su novio, un chico de la capital, cuando salen al cine  invitan a Marlene y la pasan bien, pues  aseguran que no existen celos.

En sus tiempos libres les gusta ver series de abogados en Netflix. aseguran que no salen mucho a «parrandear» porque siempre terminan el día cansadas. Les gusta escuchar música aunque no son muy de bailar. Les atraen la cintas de Zac Efron.

“Siempre tratamos de ser amigables. En nuestra fan page no nos acosan, la gente nos tiene respeto, los comentarios son positivos y eso nos motiva”.

FRASES

“Nuestra dosis de locura son con el azúcar, un cafecito, un postre, ir al cine. Un nivel social agradable y bien portadas”.

“Tenemos una beca económica del Comité Olímpico, nos dan cierto apoyo, nosotras vamos cubriendo nuestros gastos. En el futuro está en nuestros planes trabajar”

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