InicioOpiniónLa serenidad y el abandono: pilares para un 2025 transformador

La serenidad y el abandono: pilares para un 2025 transformador

En el umbral del 2025, mientras el mundo gira vertiginosamente, dos oraciones ancestrales resurgen con una relevancia sorprendente: la Oración de la Serenidad y la Oración de Abandono. Lejos de ser simples plegarias, estas joyas de sabiduría nos ofrecen una hoja de ruta para navegar los desafíos que se avecinan.

Claudia Lepe

«Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para conocer la diferencia». Estas palabras de la Oración de la Serenidad no son un mantra pasivo, sino un llamado a la acción consciente. En un mundo donde la incertidumbre parece ser la única constante, ¿no deberíamos abrazar esta filosofía como nuestra brújula personal y profesional?.

Imaginemos por un momento cómo sería nuestra sociedad si cada uno de nosotros aplicara este principio. Profesionales que, en lugar de lamentarse por las condiciones adversas, buscan innovar y adaptarse. Ciudadanos que, en vez de caer en la trampa del pesimismo, practican la aceptación activa y la transformación positiva.

Por otro lado, la Oración de Abandono nos invita a una entrega aún más profunda: «Padre mío, me abandono a Ti, haz de mí lo que quieras». Esta no es una rendición pasiva, sino un acto de confianza suprema en algo más grande que nosotros mismos. En un mundo obsesionado con el control, ¿no es refrescante y liberador este concepto de entrega?

“Estas oraciones, en la aceptación y en la entrega radica nuestra verdadera fuerza”

Ambas oraciones nos recuerdan la importancia de vivir en el presente. «Viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez», dice la Oración de la Serenidad. En nuestra carrera frenética hacia el «éxito», ¿cuántas veces olvidamos esto? Quizás sea hora de redefinir qué significa realmente ser exitoso. ¿Es acumular logros o es encontrar paz en medio del caos?

El mensaje de aceptación y gratitud es particularmente poderoso. «Lo que hagas de mí te lo agradezco», afirma la Oración de Abandono. En un mundo que nos empuja constantemente hacia la insatisfacción, esta actitud de gratitud radical podría ser revolucionaria. Imaginen cómo cambiaría nuestra sociedad si enfrentáramos cada desafío, cada adversidad, como una oportunidad de crecimiento y agradecimiento.

Cada uno de nosotros y nosotras tenemos una responsabilidad aún mayor. Somos llamados a ser «razonablemente felices en esta vida», como dice la Oración de la Serenidad, pero también a trabajar incansablemente por un mundo más justo y compasivo. La verdadera serenidad no viene de la inacción, sino de la acción consciente y comprometida.

Al adentrarnos en el 2025, propongo que hagamos de estas oraciones nuestro manifiesto colectivo. Que nos inspiren a ser mejores profesionales, ciudadanos más comprometidos y seres humanos más compasivos. Porque al final, el verdadero progreso no se mide en logros materiales, sino en nuestra capacidad de encontrar paz en medio de la tormenta y de entregarnos con confianza al flujo de la vida.

Que el próximo año nos encuentre no solo más serenos, sino también más valientes, más sabios y, sobre todo, más entregados a una visión de un mundo donde todos podamos vivir con dignidad y paz. Porque, como nos recuerdan estas oraciones, en la aceptación y en la entrega radica nuestra verdadera fuerza.

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