En el corazón de los católicos guatemaltecos, este día resulta ser importante. Las calles de los pueblos y ciudades se transforman en un escenario de fe, color y fervor. La cultura y la religión se entrelazan en una danza de símbolos y sentimientos que tocan el alma.
Mirna Alvarado/LaPrensaDeOccidente
Los fieles católicos están llamados a la remembranza de momentos fundamentales de los orígenes de la fe en Jesucristo: se trata de la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, el acto simbólico del lavatorio de los pies y la colocación de Sagrarios.
“Son liturgias previas a lo que llamamos el Triduo Pascual, que retratan la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo”, mencionó el párroco Gilberto Méndez Vásquez de la iglesia El Calvario ubicada en la zona 1 de Quetzaltenango.
Las celebraciones del Jueves Santo inician con la Misa de la Cena del Señor, un momento solemne que invita a la reflexión sobre el sacrificio y el amor divino. En muchas iglesias guatemaltecas, el rito del lavatorio de los pies se realiza durante esta misa, para recrear lo que hizo Jesús con sus discípulos.
El sacerdote, acompañado de algunos feligreses, lava los pies de otros miembros de la congregación, como una expresión de humildad y servicio mutuo. Este gesto es profundamente emotivo y marca el inicio de un día lleno de significado. “Es la máxima expresión de humildad y servicio, porque Jesús nos enseñó que es mejor servir que ser servido”, refirió el párroco.
De acuerdo con el clérigo, previo a la misa de la Cena del Señor, seleccionan a 12 personas que representarán a los discípulos de Jesús, los requisitos los establecen las diferentes grupos de liturgia o los grupos de ministros, pero la principal es la activa participación religiosa. “No es del agrado de muchos representar a Judas, porque fue quien traicionó a Jesús, pero deben estar si o si los 12, así se procede a realizar el acto de lavar los pies”, dijo.
“Las escrituras relatan que, en el lavatorio, Jesús, en un gesto de humildad y servicio, se arrodilla ante sus discípulos y les lava los pies, enseñando la lección del amor y la humildad al servir a los demás. Este acto refleja el llamado a seguir su ejemplo, mostrando que la verdadera grandeza se encuentra en la humildad y el servicio”, agregó.
¿Cuál es el significado de la Última Cena?
Luego Jesús tomó un pan y, después de dar gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Y lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: “Esta copa que se derrama por vosotros es la nueva alianza en mi sangre”. (Lucas 22:19-20).
“Entre la noche del jueves hasta la noche del sábado de Gloria, no se celebran misas, las iglesias se encuentran en silencio, guardando luto”.
“En las palabras que acompañan la división del pan y el derramamiento de la copa, Jesús deja claro que su sacrificio y su muerte son para nuestra redención. Al igual que invitó a sus discípulos a participar en la Última Cena, nos invita también a una comida de fe compartida entre creyentes. Al comer y beber juntos la Cena del Señor, se nos recuerda que Jesús quiere que nos amemos y nos perdonemos”. “Todos los que han sido bautizados y creen que Jesús los ama y ha muerto por ellos deben venir a comer el pan y beber la copa”, refirió el sacerdote.
Sagrarios
“El lavatorio de pies se encuentra en una parte intermedia de todas las actividades que tenemos el Jueves Santo, posteriormente se hace el traslado del Santísimo Sacramento a los sitios especiales a los que se les denomina Sagrarios”, explicó Méndez.
Los sagrarios son monumentos colocados en diferentes parroquias y oratorios de la ciudad de Quetzaltenango, ahí se coloca el Santísimo. “Se hace un monumento donde se colocan manteles limpios, flores y se hace una adoración al Santísimo. Esta parroquia (El Calvario) cuenta con cerca de 22 comunidades, es decir, oratorios. De estos, 15 harán sus monumentos, así quienes no puedan participar de las actividades en nuestra parroquia podrán acudir a esos lugares”, aseguró.
Tal como lo relatan las escrituras, después de la Última Cena, Jesús es apresado, torturado y crucificado, lo que en Semana Santa conocemos como la pasión y muerte. Por eso entre la noche del jueves hasta la noche del sábado de Gloria, no se celebran misas, todas las iglesias se encuentran en silencio como guardando luto.
“No se ofician misas durante ese periodo, incluso si se pidiera una misa de cuerpo presente lo que se hace es una liturgia, es decir, es un culto bastante corto donde se comparte la bendición”, indicó Méndez.
Fuego sagrado que enciende el cirio Pascual
Una vez finalizado el periodo de luto, los fieles se congregan en las parroquias el sábado por la tarde noche, para participar de la Vigilia Pascual. Esta resulta ser otra de las actividades religiosas importantes y sagradas para cada cristiano porque representa la luz, la esperanza y la vida.
“Es una noche que nos llena de alegría, porque nos recuerda el triunfo de Jesús sobre la muerte, las escrituras nos dicen que previo a su resurrección, él fue glorificado”. “Por eso durante la misa del sábado bendecimos el fuego, que es un fuego nuevo. Lo bendecimos para que ese fuego bendito encienda el cirio Pascual”, recalcó el sacerdote.
Esta es una de las celebraciones más largas, lleva varias lecturas, siete del Antiguo Testamento, siete Salmos, una lectura del Nuevo Testamento. “Esta misa da inicio a las seis de la tarde, esperamos terminar a las diez de la noche o un poco más tarde, para esperar la resurrección del Señor”, menciona.
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“No es una casualidad que en la Vigilia Pascual el número siete está presente en las lecturas y otros aspectos que realizamos, recordemos que este número representa la perfección, que nos recuerda que amamos, adoramos y servimos a un Dios perfecto que nos invita a ser como él”.
“Los creyentes por supuesto que no somos perfectos, pero ese es el camino que procuramos seguir y por eso estamos en las parroquias, pero no debe ser solo durante la Semana Santa, sino todos los días inundarnos del amor de Dios y hacer el bien a nuestros semejantes, así como él lo hizo”, agregó el sacerdote Gilberto Méndez.
Historia
La Iglesia primitiva celebraba la fiesta de la Pascua sólo desde la Vigilia Pascual hasta la mañana de Pascua. Hasta el siglo IV que esta celebración se extendió gradualmente a lo largo de tres días.
El Triduo Pascual se inicia así el Jueves Santo con la Misa «in Coena Domini», y encuentra su punto culminante en la Vigilia Pascual. Comienza el jueves por la tarde porque, según los judíos, el día empieza ya la noche anterior y, por tanto, litúrgicamente las solemnidades y los domingos se celebran ya con las Vísperas del día anterior; una segunda razón es que en la Última Cena, Jesús anticipa sacramentalmente el don de sí mismo que hará en la Cruz.
Según la ley y las costumbres judías, Jesús celebra con sus discípulos la fiesta de la Pascua en recuerdo de la liberación de Israel de la esclavitud en Egipto. Durante este banquete, Jesús instituyó la Eucaristía, el sacramento de la salvación, y estableció el sacerdocio ministerial.