La ciudad de Quetzaltenango es el polo de desarrollo para la población de esta región, cada fin de semana durante el ciclo escolar llegan niños de los municipios y departamentos cercanos a trabajar.
José Cancinos/laprensadeoccidente.com.gt
Un ejemplo, los hermanos Ulises y Nelson, de 10 y 12 años respectivamente, quienes llegan cada sábado desde un paraje de Pologuá, San Francisco El Alto, a lustrar zapatos, para contribuir a la economía de su casa.
“Yo estoy en sexto primaria y mi hermano en cuarto. Venimos todos los sábados con mi papá y mamá. Ellos se van a vender ollas a la terminal (mercado Minerva) y nosotros salimos a lustrar”, dijo Nelson, el mayor.
Nelson, actualmente cursa el sexto grado primaria, y su hermano Ulises, cuarto.
“En las vacaciones de fin de año venimos todos los días (a lustrar)”, afirmaron ambos. Es evidente que la extrema pobreza en que viven en su comunidad los obliga a salir a trabajar.
Este extremo lo confirma Rebeca Pérez, especialista en el tema, de la Centro Ecuménico de Integración Pastoral (CEIPA). “Sabemos que desafortunadamente las condiciones de Guatemala no permiten eliminar el trabajo infantil. La pobreza, la pobreza extrema, los problemas estructurales, han sido factores determinantes para que cada vez hayan más niños y adolescentes trabajando”, citó.
Pérez lamentó que en Quetzaltenango no haya datos específicos de cuántos niños están trabajando, la proyección con que se cuenta, son 9 mil 800.
Por su parte la Delegación Departamental del Ministerio de Trabajo indicó que se realizan actividades de sensibilización a la población en general y contribuir al combate de este problema social.
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