El sábado 1 de mayo, ayer, falleció en doctor Aldo Castañeda, como reconocimiento y que las nuevas generaciones conozcan su brillante labor, aquí, parte de su extraordinaria obra como ser humano, científico y médico cirujano.
Adrián Velásquez/La Prensa de Occidente – Fotos/redes sociales
Una mañana nublada de mayo de 2006, visité UNICAR, Unidad de Cirugía Cardiovascular de Guatemala, ubicada a un costado del Hospital Roosevelt, para hacer una entrevista al doctor Aldo Castañeda. En la primera sala de ingreso al edificio, se ven plaquetas en las paredes que tienen grabadas reconocimientos a instituciones internacionales, empresas y guatemaltecos que han colaborado con la obra. Varias familias esperan sentadas, con niños en brazos, su turno para ingresar. Después de la primera puerta de vidrio, en otra sala, hay un televisor y juegos infantiles para hacer más agradable la espera.
Seguí las instrucciones de la recepcionista y me encontré al fondo una oficina sencilla, no estaba la secretaria, toqué dos veces, y para mi sorpresa frente a mí, el doctor Aldo Castañeda. Amablemente me dio la bienvenida después de presentarme, me senté frente a él.
Me costó bastante ubicarme y por dónde comenzar, finalmente me dijo, “le voy a contar brevemente mi vida” y comenzó. Con voz baja y con un español poco entendible, por el acento de décadas viviendo fuera de Guatemala pude comunicarme.
La vida y trabajo de Aldo Castañeda, incluyendo sus muchas contribuciones sobresalientes para la cirugía pediátrica del corazón, para la educación quirúrgica, investigación y enseñanza, sirve como un ejemplo y gran inspiración para generaciones pasadas y nuevas para la sociedad. El doctor Castañeda es un pionero en la cirugía pediátrica del corazón; y su contribución hacia el tratamiento quirúrgico de la enfermedad cardiaca congénita en particular ha probado ser de importancia histórica para la humanidad.
Juventud y educación
Aldo Castañeda nació en Nervi, cerca de Génova, Italia, el 17 de julio de 1930. Su madre, Isabel Heuberger, de origen nicaragüense y su padre, Ricardo Castañeda Palacios, guatemalteco. En 1935 la familia se mudó a Munich, donde su padre estudió medicina. Cuando la Segunda Guerra Mundial empezó en 1939, el estatus de la familia como ciudadanos guatemaltecos los convirtió en extraños y enemigos extranjeros, y por lo tanto no les fue permitido abandonar Alemania.
En 1944 su hogar fue destruido completamente durante un ataque aéreo. Los años de guerra fueron difíciles, especialmente viviendo bajo el dominio nazi, impactó profundamente la visión subsiguiente de la vida del doctor Castañeda. Él pasó un año en el Landschulheim en Schoendorf, una escuela en Baviera, reconocida mundialmente por su excelencia académica.
Luego, después de una breve y primera visita a Guatemala en 1948, regresó a Europa para asistir al Institut auf dem Rosemberg en Suiza, donde adquirió además el Certificado de la Universidad de Oxford.
En 1951 regresó a Guatemala, donde estudió medicina en la Universidad de San Carlos. Desde su segundo año hasta que se graduó fue nombrado el mejor estudiante de medicina cada año. En enero de 1958, después de recibir su título de medicina, también fue galardonado con el premio Justo Rufino Barrios como el estudiante más sobresaliente de la universidad.
Su vida como cirujano
Fue en 1954 que los cirujanos en la Universidad de Minnesota realizaron por primera vez la cirugía a corazón abierto, usando la circulación cruzada controlada, poco después, en 1956, inició el uso clínico de oxigenadores artificiales. Durante 1956 y 1957, siendo aún un estudiante de medicina, Castañeda llevó a cabo una serie de estudios experimentales, bajo la supervisión de Eduardo Lizarralde, un profesor de cirugía y jefe de laboratorios quirúrgicos experimentales de la Escuela de Medicina de la Universidad San Carlos. Los experimentos esencialmente consistían en colocar a perros en un bypass cardiopulmonar, usando una bomba de motor Sigma y un oxigenador de burbujas. Varios perros sobrevivieron el proceso. Este estudio se convirtió en el tema de su tesis de graduación.
Después de sus prácticas en Guatemala, aplicó a la Universidad de Minnesota para una residencia general y de cirugía cardiotorácica. Inicialmente fue aceptado por un período de prueba de un año. Sin embargo, en un plazo de seis meses le fue ofrecida una posición para el programa académico. Al final del primer año, el presidente del departamento, Owen H. Wangensteen, lo invitó a trabajar en su laboratorio experimental, ofreciéndole una oportunidad para iniciarse en la investigación científica en uno de los laboratorios líderes de investigación quirúrgica en cualquier parte del mundo.
En 1963 terminó sus estudios de su maestría en Bioquímica, y en 1964 se convirtió en doctor en Fisiología y Cirugía Experimental. En ese mismo año completó su entrenamiento quirúrgico, y, después de aprobar ambos exámenes, la Junta Americana de Cirugía (American Board of Surgery) y la Junta Americana de Cirugía Torácica (American Board of Thoracic Surgery), lo nombra instructor en el Departamento de Cirugía en la Universidad de Minnesota. Durante los siguientes años, debido a sus habilidades extraordinarias como cirujano, investigador y maestro su brillante carrera académica avanzó rápidamente y fue nombrado profesor titular de cirugía en la Universidad de Minnesota en 1970.
Robert Gross era un gigante dentro de los cirujanos americanos, y un fundador en el campo de cirugía pediátrica del corazón, cuando se retiró como director del programa de cirugía cardiovascular en el Hospital de Niños de Boston, Aldo Castañeda fue elegido para ser su sucesor dentro de un grupo internacional de candidatos distinguidos. En octubre de 1972 se convirtió en profesor de cirugía en la Escuela Médica de Harvard, y en jefe cirujano del Corazón en el Hospital de Niños. En 1975 se convirtió en profesor de cirugía infantil en la Escuela Médica de Harvard, y en 1981 fue nombrado Jefe Cirujano del Hospital de Niños. Sirvió en estas posiciones hasta 1994, cuando se retiró después de 38 años de prominencia mundial en cirugía pediátrica del corazón.
Contribuciones a la cirugía del corazón
Las contribuciones de Aldo Casrañeda en la cirugía del corazón son extraordinarias, y bien documentadas en más de sus 400 artículos científicos y dos libros. Desde sus primeros experimentos en 1956, su investigación progresivamente se enfocó más en asuntos cardiovasculares. La creencia general en los 60’s era que los elementos formados en la sangre de niños pequeños no podía resistir los efectos dañinos del bypass cardiopulmonar.
A pesar de estos presentimientos, el doctor Castañeda dedicó una gran porción de sus primeras investigaciones. Estos descubrimientos movieron sus intereses hacia primeras correcciones de malformaciones cardiacas congénitas en niños. Aún en la Universidad de Minnesota investigó los transplantes de corazón-pulmón, motivado por el triste final de muchos niños, quienes habían desarrollado una enfermedad vascular pulmonar avanzada e irreversible. Su trabajo contribuyó considerablemente al éxito con transplantes de corazón y pulmón en humanos.
Después que se mudara a Boston en 1972, Aldo Castañeda y varios colaboradores hicieron contribuciones considerables a la investigación del paro circulatorio profundo para la corrección de malformaciones cardiacas complejas en infantes. Basado en estas experiencias, trasladó su programa cardiovascular hacia correcciones tempranas de malformaciones cardiacas más complejas en infantes y recién nacidos. Estos esfuerzos culminaron en el reparo exitoso en neonatos, dando gran ímpetu a la aparición de la era moderna de la cirugía cardiaca neonatal.
En Guatemala
Después de su jubilación del Hospital de Niños, Castañeda pasó casi tres años en Genolier, Suiza, buscando desarrollar una clínica para cirugía pediátrica del corazón. Subsecuentemente, en 1997, a la edad de 67 años, regresó con su esposa, Arcely Rey-Rosa, para vivir en Guatemala. En esa época, la única unidad practicando la cirugía del corazón era exclusivamente para adultos con enfermedades cardiacas contraídas. En el caso de los niños con malformaciones cardiacas congénitas podían ser tratados solamente viajando al extranjero, una oportunidad limitada a menos del 2% de la población guatemalteca.
El Dr. Castañeda sintió que la única manera que los niños con malformaciones cardiacas provenientes de familias pobres pudieran encontrar tratamiento adecuado, sería a través de un programa local viable para la cirugía cardiovascular pediátrica dirigida a este segmento mayoritario de la población.
Recurriendo a su experiencia en el extranjero y a su habilidad como administrador y cirujano, empezó su misión de construir un programa al desarrollar tres objetivos primarios. El primero era su viabilidad clínica, el segundo la capacitación del personal necesario, y, eventualmente, el último objetivo era la investigación. Le fue permitido hacer uso de algunas áreas, específicamente un cuarto de operaciones, 2 camas en cuidado intensivo, y 6 más en la sala general, aunque todo esto eran instalaciones y equipo para adultos. Bajo estas condiciones limitadas, más de 1,000 operaciones fueron realizadas con éxito. El impedimento mayor para el crecimiento del programa era la falta de recursos financieros. En 1998, para complementar los subsidios insuficientes del gobierno, fundó la Fundación Aldo Castañeda como un instrumento para reunir fondos.
Al principio del programa, Aldo Castañeda fue capaz de reunir a los únicos tres pediatras de cardiología practicando en Guatemala. Este grupo ha crecido ahora, con pericia en ecocardiografía fetal, cateterización intervencional, diagnóstico y electrofisiología intervencional. Ha promovido también la capacitación profesional de anestesiólogos, enfermeras y otro equipo técnico. En el comienzo, él era el único cirujano pediatra del corazón, y trabajó, como hasta la fecha, probono para salvar a estos niños. En los últimos años ha capacitado a jóvenes cirujanos que desde ya continúan con su obra.
Con la ayuda de la Fundación Aldo Castañeda, y con una ayuda gubernamental limitada, el área pediátrica de UNICAR se ha expandido a dos cuartos de operación exclusivos, una unidad de cuidado intensivo con 6 camas, a una unidad de etapas intermedias con cuatro camas, y a 18 en la sala general, estas áreas son especializadas para niños. Además, ha proveído a la infraestructura con un laboratorio para cateterización cardiaca y con 2 laboratorios para ecocardiografía. Recientemente un laboratorio genético fue inaugurado.
Desde 1997 este equipo de trabajo encabezado por el Dr. Castañeda ha diagnosticado a miles de niños con una enfermedad cardiaca congénita, a muchos se les ha salvado con un tratamiento, un cateterismo o una intervención quirúrgica. Actualmente, el área pediátrica de la Unidad de Cirugía Cardiovascular de Guatemala (UNICAR) se ha convertido en un centro de referencia para niños con enfermedades cardiacas congénitas, provenientes de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Belice, República Dominicana y Haití. Actividades clínicas investigativas han empezado con más de los estudios clínicos emprendidos, que posteriormente han sido publicados en revistas científicas internacionalmente prestigiosas. Aldo Castañeda también ha capacitado a varios jóvenes cirujanos extranjeros, además de los tres miembros de su permanente equipo quirúrgico.
El maestro y el hombre
Aldo Castañeda ha influenciado profundamente las carreras de varios jóvenes cirujanos pediatras del corazón. Su interés balanceado en la ciencia y en el arte de la cirugía, además de su búsqueda de la excelencia clínica, prueban los factores que lo motivan para su sobresaliente carrera. Sus logros quirúrgicos excepcionales son el resultado de su bondadosa aún determinada técnica quirúrgica, unida con un sentido superior de perfección estética.
Como maestro ha entrenado a casi un centenar de cirujanos pediatras del corazón, 44 de los cuales se han convertido en jefes de programas para la cirugía pediátrica del corazón alrededor del mundo.
Otros honores
Aldo es un miembro de 42 sociedades internacionales y científicas, en 20 de los cuales es un miembro honorario. Su carrera académica ha sido distinguida con muchos premios por sus contribuciones científicas. Además, el Gobierno de Guatemala le ha galardonado la prestigiosa Orden del Quetzal dos veces, y también honrado con la Orden de Atanasio Tzul, por su devoción, trabajo infatigable y un desarrollo exitoso de un programa viable para la medicina cardiovascular pediátrica en Guatemala. En el año 2004 también recibió el Premio Humanitario de la Fundación del Corazón del Mundo (World Heart Foundation Humanitarian Award).
Nota: Tomado de un perfil redactado y realizado por Vladimiro L. Vida, Unidad de Cirugía Pediátrica del Corazón, Universidad de la Escuela Médica de Padua, Italia. Robert M. Sade, 2 Giovanni Stellin, División de Cirugía Cardiotorácica, Universidad Médica del Sur de Carolina, Charleston, Estados Unidos, que nos proporcionó el doctor Aldo Castañeda. Resumen de Adrián Velásquez.