InicioEntrevistas“Creo que Dios me puso acá para servir a las personas”

“Creo que Dios me puso acá para servir a las personas”

El apoyo de su familia ha sido fundamental para el director administrativo del Hospital Temporal Covid-19 de Quetzaltenango, Helmut Stevez, de 55 años, para mantenerse en lucha contra el coronavirus. Médico cirujano y anestesiólogo, originario de Quetzaltenango, habla en esta entrevista sobre su experiencia.

José Racancoj/Foto Carlos López Ayerdi

¿Cómo cambió su día a día con la pandemia?

Fue algo inesperado. Al principio fue de mucho temor, no sabíamos a qué nos enfrentábamos y que era muy peligroso, que nos podía causar la muerte. Como médicos creíamos que debíamos hacer algo y teníamos ganas de ayudar, pero nunca me imaginé que se me daría la oportunidad de ser director.

Al principio pensábamos en cómo podíamos organizar todo, de cero, y necesitábamos muchas cosas, tuvimos apoyo del Hospital Regional de Occidente. Además, hicimos gestiones y tratamos de conseguir apoyo en otras partes, conocimos gente generosa que nos donó y sigue dándonos insumos.

Una de nuestras intenciones desde el principio fue proteger a nuestro personal, que es valiente, pues se enfrentaba a algo que no conocía. Enseñamos una forma de trabajar lo más protegido posible y se crearon muchos protocolos de seguridad. Hicimos una planificación a largo plazo, sabíamos que iba a venir mucha gente contagiada, y lo que queríamos es que no hubiera nadie en las calles tirado, como en otros países, queríamos tener un lugar apto para poder atenderlos.

Al principio se nos presentaron muchos problemas, como los indocumentados que eran positivos y venían acá. También se requerían dos hisopados negativos para darle egreso a los pacientes, pero no salían y teníamos totalmente lleno el hospital, pero cambiaron los protocolos y fue mejorando. No quedamos solo con pacientes críticos, se formó un consejo de médicos para dar el mejor tratamiento.

¿Qué lo motivó a ser parte de este equipo?

Como médico tiene siempre el don de dar y servir. Desde que se empezó a presentar la enfermedad mis hijos y mi esposa me preguntaron ‘¿tú vas a ayudar?’, sí, les dije, y me motivaron. Pero nunca pensé que me darían la oportunidad de servir grandemente con una dirección en el hospital. Fue de mucho miedo al principio, tuvimos que tomar valor, pero creo que Dios lo pone a uno en el camino, creo que Dios me puso acá para servir a las personas de la mejor forma.

¿Cuál ha sido el momento más triste para usted en estos meses? 

Lo más triste, y cuando a uno le entra angustia en el corazón y se siente perdido es cuando los amigos se van (mueren). Lamentablemente hemos tenido varios amigos, compañeros, algunos familiares, mucha gente conocida, y cuando se van es algo triste. Le deja una herida grande, nosotros tratamos de hacerla a un lado y seguir luchando, pero en el fondo las heridas quedan.

Y un momento de mucha alegría o satisfacción

Creo que los egresos de pacientes recuperados, tenemos más de 1,300 pacientes egresados, lo que es una gran alegría. Una de las cosas que yo presumo y con la que me siento contento es con mi grupo de colaboradores, tenemos 470 que trabajan de la mejor manera posible.

Al finalizar cada jornada hay cansancio físico, pero también mental, ¿Cómo lidiar con el estrés, tristeza o frustración?

Una de las fortalezas que tengo es contar con una familia preciosa, tengo una esposa maravillosa, tengo dos hijos lindos, ellos son los que más me motivan a regresar a casa, cuando estoy con ellos siempre platicamos, tratamos de pasar momento contentos. La gente no se da cuenta que detrás del médico hay una familia, detrás del personal de aquí hay una familia.

¿Ha tenido miedo de contagiarse y transmitirlo?

Sí, desde el principio, fue el mayor temor, contagiarnos nosotros. Bendito Dios no nos hemos contagiado, existe el temor de contaminar a mi familia. Yo me alejé al principio mucho de ellos, pero después fui respetando más los protocolos, trato de cuidarme para estar con ellos.

¿Cuál ha sido la lección principal que le ha dejado la pandemia?

Nos ha enseñado muchas cosas buenas, nos ha ayudado a hermanarnos, a crecer, a fortalecernos y aprender a ser más saludables. También nos ha mostrado que hay gente mala, que cuando supieron que trabajábamos acá nos sacaron de otros lados, pero encontramos gente buena que nos siguió llamando para laborar. Hay personas que oran por nosotros.

Si el coronavirus fuese una persona, ¿qué le diría?

Que lo respetamos, pero que vamos a luchar contra él. No podemos dejar que gane la batalla, estamos luchando y preparándonos mucho, no solo nosotros sino mucha gente que valora su vida. Le diría que lo conocemos, sabemos cómo funciona y estamos preparados y luchando para que no nos haga daño, estamos dispuestos a luchar por nuestra gente que está enferma. También le diría que nos vino a enseñar muchas cosas, que venimos a aprender y a crecer, y lo vamos a seguir haciendo hasta vencerlo.

“Esta pandemia nos ha ayudado a hermanarnos, a crecer, a fortalecernos. También nos ha mostrado que hay gente mala, que cuando supieron que trabajábamos acá nos sacaron de otros lados”

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