El ataque armado contra un joven comerciante que había retirado dinero de un banco revive el clamor ciudadano por una ciudad más segura. Vecinos exigen acciones inmediatas a las autoridades.
José Cancinos/laprensadeoccidente.com.gt
La tarde del lunes 7 de julio, la ciudad de Quetzaltenango volvió a estremecerse por un hecho de violencia que, más allá de las cifras, deja huellas de temor, impotencia y un grito urgente de: mejor seguridad.
Eran las 2:50 p.m. cuando múltiples llamadas ingresaron a la cabina de los Bomberos Voluntarios, alertando sobre un hombre gravemente herido por un disparo en la 3ª calle, entre 16 y 17 avenidas, zona 3.
El herido fue identificado como Marlon Andoni de León, de 29 años, quien momentos antes había salido de una agencia bancaria en el sector. Según las versiones preliminares, De León portaba una mochila con aproximadamente Q100 mil que habría retirado del banco. En cuestión de minutos, fue perseguido por un sujeto que lo interceptó, intentó arrebatarle la mochila y, al oponerse, le disparó en el abdomen.
El agresor huyó dejando a su víctima herida sobre la vía pública. Comerciantes y transeúntes que presenciaron el asalto lo auxiliaron y piden ayuda.
Los Bomberos Voluntarios informaron que lo trasladado a la Emergencia del Hospital Regional de Occidente, donde, según la vocera Carmen Sajquim, logró ser estabilizado y permanece bajo cuidados médicos.
El Ministerio Público se hizo presente en el lugar para levantar evidencias y comenzar con las investigaciones, aunque hasta el cierre de esta nota no se ha confirmado la detención de ningún sospechoso.
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Una ciudad atrapada en la inseguridad
Este ataque no es un hecho aislado. Se suma a una preocupante cadena de hechos delictivos que mantienen a la población en zozobra. Vecinos, comerciantes y líderes comunitarios hacen un llamado urgente a la Policía Nacional Civil y Gobernación Departamental: acciones concretas, mayor presencia policial y estrategias reales de prevención.
“No se puede permitir que la rutina diaria de los ciudadanos se vea interrumpida por la violencia. Hoy fue Marlon, mañana puede ser cualquier otro. La ciudad de Quetzaltenango, conocida por su historia, cultura y trabajo honesto, no merece vivir entre el miedo y la indiferencia. Exijamos juntos una ciudad segura. Porque el silencio también mata”, manifestó un destacado comerciante del sector, quien pidió reservar su nombre.
Agentes de la la Comisaría 41 de Policía Nacional Civil que se mantienen patrullando reconocen el incremento de la violencia y delincuencia, considerando que uno de los factores que lo permite es la falta de personal y sobre eso que con lo pocos que son para la ciudad en muchas ocasiones los mandan a traer de otras comisarías para apoyar diligencias en diferentes partes del país.
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