La noche de Halloween en el Parque Centroamérica de Quetzaltenango fue un evento que se vivió y atrajo a multitud de personas.
José Cancinos/laprensadeoccidente.com.gt
El parque estuvo abarrotado de visitantes que se sumergieron en la cultura estadounidense, vistiendo disfraces inspirados en personajes de películas de Hollywood.
Desde superhéroes hasta villanos, la creatividad no tuvo límites.
No solo los humanos se unieron a la celebración; las mascotas también fueron parte del espectáculo.
Un perro disfrazado de Chucky, el muñeco diabólico quien se robó las miradas y provocó sonrisas entre los asistentes, mientras era paseado por Fredy Crugguer, personaje de una película de terror de los años ochentas.
La atmósfera llena de alegría y emoción con familias y amigos disfrutando de la noche fría, característica de esta época cuando se acerca el fin de año.
El evento no solo destacó por los disfraces, sino también por la camaradería y el sentido de comunidad que se vivió.
Desfile de motos
Sobre la 12 avenida descendió una larga y nutrida caravana de motociclistas disfrazados de personajes de terror y superhéroes, quienes aceleraron sus vehículos y sonaron bocinas para llamar la atención.
Entre los cientos de personajes que también llamó la atención fue el de Nicté, quien así se identificó, se pintó la cara de Catrina y vistió la indumentaria tradicional de Quetzaltenango. «Solo quise fusionar las dos culturas», refirió.
Cada año esta cultura extranjera ha venido ganando terreno entre los quetzaltecos a través de los jóvenes, niños y familias jóvenes, dejando atrás la cultura propia de la ciudad que en este tiempo giraba alrededor de los personajes como La Llorona, El Sombrerón, El Cadejo, La Siguanaba, aparecidos, leyendas urbanas y cuentos de barrio o familia de espantos, crítico Francisco Cajas Ovando, cronista e historiador de Quetzaltenango.
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