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La carta de un hijo a su papá, un preso político, a Eduardo «Guayo» Velásquez

Bayito, hoy te enfrentas una vez más a quienes usan su poder para callar las críticas, las voces incómodas, a las personas que luchan por un mejor país. No es la primera vez. Te ha sucedido con regularidad desde que con otros compañeros propusieron mejoras profundas a la movilidad urbana cuando estuviste en la Multisectorial de Transporte. Pero esta vez la diferencia es que tratan de articularlo con una maniobra más amplia para destruir la democracia que ha costado 38 años construir tras el asesinato y la desaparición forzada de alrededor de 200,000 personas durante el conflicto armado interno.

Podría ahondar en tu larga trayectoria por la transparencia, por el respeto de las leyes, por la integridad de la USAC y el desarrollo de Guatemala Pero como está de sobra mencionarla de nuevo porque ha sido ampliamente difundida desde tu injusta detención el jueves 16 de noviembre de 2023, me detendré a contarte sobre los cientos de mensajes que hemos recibido durante los últimos días. Nos han escrito tus amigos de Guatemala y del mundo, incluyendo los de tu amado Brasil. Han hecho llegar su solidaridad profesores e intelectuales connotados de decenas de países, algunos de ellos interlocutores con quienes has pensado cómo abordar los grandes desafíos de América Latina. Han mostrado su reconocimiento individuos de diferentes ideologías y procedencias, inclusive quienes alguna vez rivalizaron contigo, de los que rivalizan con ideas y no de los que intentan destruir usando influencias indebidas y corruptas.

El apoyo ha sido abrumador, energizante, conmovedor. Sobre todo, por parte de las personas que no conocíamos y que todavía no tienen la suerte de conocerte porque revela un rechazo contundente al uso ilegal de la institución que debería perseguir el crimen y en vez de ello persigue a personas por la ofensa imperdonable de hacer lo correcto. Revela un consenso nacional por la democracia y, naturalmente, por el cese de la agresión del pacto de corruptos en contra de los demócratas que han impedido la destrucción de nuestras instituciones y, en este caso, de la única universidad pública del país.

Siempre nos has dicho que un mula más no aguanta Guatemala porque se hundiría entre los dos mares. Ha sido tu proclama para que nos superáramos, para que no fuéramos mediocres, para servir al bien común. Lo cierto es que tampoco aguantaba un indiferente más y tengo la fuerte impresión de que el tiempo de la indiferencia está llegando a su fin, que el interés por el destino de nuestra sociedad ha vencido y que un mejor futuro está por venir. Es lo que he sentido con los miles de mensajes en favor no solo tuyo sino también de Javier, Enrique, Rodolfo, Marcela y de la otra veintena de personas que están involucradas en uno de los casos fabricados más absurdos del último tiempo.

En cuatro días, además de la convicción por la convivencia democrática, ha triunfado otra gran idea en la opinión pública: la importancia capital de defender la autonomía universitaria para el desarrollo de los guatemaltecos, elemento fundamental de tus actitudes ante la vida. Como canta León Gieco, no pretendías ver el cambio, solo haber dejado algo sobre el camino andado que pasó. Lo has dejado y te defenderemos hasta el final por hacerlo.

Gracias por tu ejemplo, papá.

El Piches.

Todavía cantamos, todavía pedimos Todavía soñamos, todavía esperamos

Que nos den la esperanza

De saber que es posible Que el jardín se ilumine Con las risas y el canto

De los que amamos tanto.

EE.UU. está tomando acciones para imponer restricciones de visado a 11 individuos de Guatemala

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