El 1 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/Sida), muchas personas en el mundo alzan su voz para evitar ser discriminadas y tener acceso a retrovirales con los pueden sobrellevar el virus.
Por Carlos Vásquez/La Prensa de Occidente
Kenneth* no solo se infectó con el VIH/Sida, sino también a su esposa. Kenneth cuenta que empezó a sentir resfríos, debilidad, cansancio y sufrió una pulmonía; visitó el hospital Rodolfo Robles, donde le diagnosticaron que con esos problemas de salud era positivo del VIH/Sida.
“Yo dije, por qué me pasó esto, y me preguntaba dónde me infecté, caí en la cuenta que fue en un centro de prostitución, pensaba, cómo le iba a decir a mis hijos que era portador de esta enfermedad; me daba una gran vergüenza, hasta cuando estaba seguro de enfrentar el problema; se los dije, ellos también estaban avergonzados que yo fuera portador y me reprochaban, pero lo peor fue que infecté a mi esposa”, comentó.
Kenneth da gracias a Dios y a la persona que inventó los retrovirales porque con ello aún está con vida, considera que su pareja logró comprender la situación y ahora ambos llegan a la clínica Isaac Cohen, en el hospital Rodolfo Robles, a traer las pastillas para controlar el virus.
Michael* es otra persona infectada con VIH/Sida y cuenta que se contagió por tener relaciones sexuales con una desconocida. “Llevo cinco años con este problema, sabía que algo no estaba bien, pero me preparé, vine a esta clínica a realizarme los exámenes, el médico me dijo que en 15 días tenían los resultados; pasado ese tiempo, me comunicaron que estaba infectado”, relató.
Michael afirma que está seguro que tomando su medicamento no tendrá problemas, “Soy herrero, en mi trabajo las personas han entendido mi problema, no me discriminan y eso me ayuda”.
El coordinador de la clínica Isaac Cohen, César López Téllez, informó que desde 2006 llevan 807 casos registrados. De enero a octubre de este año, reportan 75 nuevos casos.
*Kenneth y Michael son nombres ficticios de pacientes que aceptaron contar su historia y hacer un llamado a las personas para que busquen información sobre el virus y eviten el contagio.