Los integrantes del convite Luna de Plata celebrarán su sexto aniversario con una presentación en el barrio La Cruz de Piedra en honor al Niño de la Cruz, en agradecimiento al santo que los inspiró a organizarse.
Por Henry Popá/Colaborador
En 2012, Ángel Ordóñez junto con su esposa y tres hijos dieron vida a esta agrupación; poco a poco se sumaron vecinos y amigos, y con el paso del tiempo también varias personas los apoyaron económicamente, siendo estos nombrados como padrinos.
La contribución es para suvencionar a las agrupaciones musicales que los acompañan en las presentaciones, así como la alimentación y transporte de integrantes y músicos.
La idea surge cuando José Ángel Ordóñez y su hija Heydi vieron la presentación de un convite, es ahí donde nace la inquietud de organizar un grupo similar. Todo este año se prepararon y decidieron dedicar su trabajo al Niño de la Cruz. “La tarde del domingo 10 de marzo de 2013, por medio de un sorteo se escogió el nombre del grupo, como Luna de Plata”, comentó José Luis Ordóñez, coordinador de los bailarines. En ese entonces eran nueve parejas las que integraban la agrupación.
“Luna, por ser uno de los símbolos de la ciudad, y Plata debido a que en el pasado a la ciudad se le conocía como la Tacita de Plata”, comentó Heydi Ordóñez. Y es en honor al Niño de la Cruz de Piedra, pues la mayoría de integrantes son de este barrio ubicado cerca de la salida a Almolonga.
Una nueva coreografía
Los trajes, en su mayoría se confeccionan en la ciudad de Guatemala, algunos son elaborados por los bailarines. En cuanto a los pasos del baile y coreografías, “cada año son nuevos, no repetimos. Este año presentaremos una nueva coreografía”, agregó José Luis Ordóñez, coordinador del Convite Luna de Plata.
Contrario a los convites de disfraces donde se representan personajes de películas o series de TV, el convite Luna de Plata, elige los atuendos de acuerdo con la cosmovisión maya, cada traje y personaje representa a guerreros mayas, algunos tienen formas de serpientes, águilas o jaguares, entre otros.
“Cada guerrero o guerrera tiene su nahual y representa uno, es por eso que varios tienen plumas y motivos mayas”, afirmó Heydi Ordóñez.
Los precios de la elaboración del disfraz para una pareja oscilan de mil a 2 mil quetzales. “Todo depende de la alegoría con la que cuente el traje, y así también será el peso que soportará el bailarín durante la presentación”, dijo Heydi. “Si el traje es mandado a hacer, puede costar de 3 mil hasta 7 mil quetzales; lo más caro es la máscara, pues esta es de fibra de vidrio”, agregó José Luis. Algunos trajes son alquilados.
Cuando comenzaron, los integrantes eran familiares y algunos vecinos del barrio La Cruz de Piedra, “pero con el paso del tiempo se unieron bailarines de otras zonas de la ciudad, incluso en la actualidad hay integrantes de San Cristóbal Totonicapán”, agregó José Luis Ordóñez.
Para la presentación de mayo, previo se realiza una eucaristía donde los integrantes agradecen por lo recibido durante el año.
Este domingo 4 de mayo se presentarán en el oratorio del Niño de la Cruz, en el barrio La Cruz de Piedra, zona 1 de Quetzaltenango, desde las 15:00 horas. Se invita a la población a que lleguen.