Hoy es la visita al Cementerio General para rendirle tributo a los difuntos, pero sugerimos darse una vuelta, apreciar la arquitectura y las tumbas de grandes personalidades que aguardan.
Redacción/laprensadeoccidente.com.gt
Aquí están los restos del primer presidente del Estado de los Altos, Roberto Molina, algunos expresidentes y otros personajes como el Obispo Modesto César.
De acuerdo con el historiador Francisco Cajas Ovando, en este cementerio yacen los restos de los quetzaltecos y expresidentes de Guatemala Manuel Estrada Cabrera y José Manuel Lisandro Barrillas, quienes forman parte importante de la historia política del país.
La tumba de Estrada Cabrera muchas veces puede pasar inadvertida, porque no es una obra monumental, se trata únicamente de un pequeño templo al estilo griego, su fachada es parecida a la del Teatro Municipal de Xela, en la parte superior dice Estrada Cabrera. Pero según el historiador allí están los restos del expresidente más polémico de la historia de Guatemala, que gobernó por 22 años.
Cajas Ovando contó que los registros dan cuenta que el 2 de abril de 1840, el cementerio recibió a la primera difunta, quien fue identificada como Juana Aguilar y desde esa fecha ha recibido a cientos de personas, con el terremoto del 7 de noviembre de 2012, uno de los más fuertes de la historia, el nicho de Pedro López Monzón, quien fue alcalde de la ciudad en 1860, sufrió daños considerables.
Además, Andrés Galeotti, padre del escultor Rodolfo Galeotti Torres, fue sepultado en 1940, mientras que su madre María Concepción de Galeotti fue enterrada en 1932, cuando tenía apenas 44 años, ese cementerio guarda también los restos del compositor de marimba Daniel Hurtado, sepultado en octubre de 1931.
Tumbas legendarias
Una de las tumbas que este año está recién pintada y limpia es el de la gitana Margarita Mielos, conocida también como Vanushka, a quien, según la leyenda, su enamorado le dejaba una rosa roja todas las mañanas, un joven 10 años menor que ella y de la alta sociedad de Quetzaltenango. Pero en su más reciente libro del cronista Francisco Cajas, dice que ella murió por infección estomacal.
Otra legendaria tumba es la del Niño Dormido, esta está construida en piedra y registrada con el número 53 ubicado en la 27 avenida de la calle principal, pertenece al niño José Florencio, quien nació en 1891 y murió en 1893. Según la leyenda, el pequeño murió trágicamente hace 128 años en su cama cuando ingirió accidentalmente una caja de cerillos, su madre afectada por la tragedia no se resignó a aceptar su fallecimiento y pensando que estaba dormido lo envolvió en vendajes especiales para tratar de volverlo a la vida, pero al no lograrlo se vio obligada a sepultarlo.
Los veladores cuentan que a eso de la media noche se le ve al niño jugando afuera de su nicho, en al igual que a Vanushka, en ese nicho se encuentra la imagen de José en relieve, esta solía estar adornada con juguetes que le obsequiaban las personas que lo visitaban constantemente.
Noche de disfraces en el Parque Centroamérica de Quetzaltenango