Arzobispo de Los Altos llama a vivir la Navidad desde la reconciliación, la familia y la solidaridad con los más vulnerables.
José Cancinos/ laprensadeoccidente.com.gt
En un mensaje cargado de profundidad espiritual y sentido pastoral, monseñor Víctor Hugo Palma, Arzobispo Metropolitano de Los Altos, Quetzaltenango-Totonicapán, reflexionó sobre el verdadero significado de la Navidad para el pueblo cristiano católico, y subrayó que esta celebración va mucho más allá de tradiciones, fechas o festejos superficiales.
“La Navidad no es una fecha, no es una fiesta; la Navidad es una persona: Jesucristo”, expresó el prelado al compartir su reflexión con los lectores de La Prensa de Occidente. Enfatizó que el tiempo de Adviento y la celebración navideña no deben centrarse en recibir bienes materiales, sino en acoger a Cristo, quien nace y se hace presente en la vida de las personas y de las familias.
Monseñor Palma recordó que este año la Navidad adquiere un significado especial, al conmemorarse más de dos mil veinticinco años del nacimiento de Jesucristo, en el contexto del cierre del Jubileo de la Esperanza. “Es una novedad muy especial que nos invita a renovar nuestra fe y nuestra manera de vivir”, afirmó.
Navidad: una fiesta de familia, reconciliación y amor
El arzobispo de Los Altos destacó que la Navidad es, ante todo, una fiesta de familia. Sin embargo, advirtió que su sentido auténtico no se encuentra en los festejos externos, sino en la disposición interior con la que se vive esta celebración. “Lo importante es llegar a la Navidad reconciliados, viviendo en el amor y en la solidaridad, especialmente con los más pobres”, señaló.
En ese sentido, hizo un llamado a las familias católicas a abrir sus corazones, sanar divisiones y compartir con quienes más lo necesitan, como una expresión concreta de la fe cristiana.
Un mensaje para quienes sufren: presos y enfermos
Monseñor Palma dirigió un mensaje especial a las personas privadas de libertad y a quienes se encuentran postrados por enfermedad. Aseguró que la Navidad también es para ellos, de manera particular. “Jesús viene para ellos, porque Él no vino a gozar, vino a sufrir por nuestros pecados. El modelo es Cristo crucificado”, reflexionó.
Desde esta mirada, afirmó que quien sufre se encuentra más cerca de Jesús que quien vive en la comodidad, e invitó a la sociedad a no olvidar ni marginar a quienes atraviesan el dolor.
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Solidaridad con los migrantes
El arzobispo expresó además su preocupación por la situación que enfrentan los migrantes, especialmente quienes viven momentos de incertidumbre y temor en Estados Unidos debido a políticas migratorias más estrictas. “Este año será muy difícil para muchos, por el miedo a salir de sus casas o a regresar a Guatemala”, lamentó.
Pidió a la comunidad cristiana mantenerlos presentes en la oración y en la acción solidaria, al recordar que la Navidad también es un llamado a acompañar a quienes sufren lejos de su tierra y de sus familias.
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Un llamado a vivir la Navidad con sentido cristiano
El mensaje de Monseñor Víctor Hugo Palma se convierte en una invitación clara al pueblo cristiano católico a redescubrir el verdadero sentido de la Navidad: recibir a Cristo con un corazón reconciliado, solidario y abierto al sufrimiento del prójimo.
En un contexto marcado por desafíos sociales, migratorios y humanos, el Arzobispo de Los Altos recordó que la Navidad cobra su pleno sentido cuando se vive desde la fe, la esperanza y el amor, poniendo en el centro a Jesucristo y a los más necesitados.
