En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, conmemorado el 3 de mayo, monseñor Víctor Hugo Palma Lau, arzobispo de la Arquidiócesis de Los Altos Quetzaltenango-Totonicapán, ofreció declaraciones contundentes sobre el papel crucial del periodismo en la sociedad guatemalteca y los desafíos que enfrentan quienes se comprometen con la verdad.
Redacción/laprensadeoccidente.com.gt
Durante su pronunciamiento, el prelado subrayó que “la labor del periodista no es fácil”, pues exige un compromiso profundo con la verdad, incluso cuando esta verdad irrita o amenaza a intereses oscuros.
“Hoy día se puede condenar a una persona a través de los medios de comunicación, pero la prensa comprometida con la verdad es una prensa que sufre, que enfrenta persecución, amenazas, y que necesita ser muy valiente para no venderse”, advirtió Palma.
El arzobispo también hizo referencia al llamado del papa Francisco, al jubileo de los comunicadores que se realizó en enero de este año, reconociendo la importancia que tienen los medios en el mundo contemporáneo, tanto para el bien como para el mal.
“El Papa fue muy claro al señalar que hoy todo depende tanto de la comunicación. Por eso es urgente que los medios abracen su vocación con ética y responsabilidad”, afirmó.
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Palma fue enfático al señalar que en regiones como América Latina —incluyendo Guatemala—, los periodistas son blanco de acoso y persecución cuando su trabajo toca intereses ligados al crimen organizado y la corrupción. “No es falso que la prensa sufra acoso, porque el país enfrenta compromisos muy duros: el manejo de la justicia, la corrupción que es transversal. Quien denuncia esto sufre las consecuencias”, recalcó.
En este sentido, hizo un llamado urgente a reivindicar la libertad de expresión en Guatemala y a fortalecer los derechos de la prensa, “que son inalienables y deben ser protegidos por el Estado y la sociedad”.
Monseñor Palma concluyó sus declaraciones señalando que, aunque la tecnología ha facilitado la producción y difusión de información, el reto verdadero del periodismo es enfrentar las consecuencias de hablar con la verdad en un mundo que, muchas veces, la rechaza. “La verdad no solo se dice, se sufre”, concluyó.
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