Uno de los sucesos recientes más impactantes, comentado por muchos trabajadores ediles, es el que le ocurrió a un agente de la Policía Municipal (PM) justamente en Casa No’j.
José Racancoj-Foto David Pinto/laprensadeoccidente.com.gt
Hace un año aproximadamente, cuando el reloj marcaba las siete de la noche, el agente Jonathan Hernández vivió una fuerte experiencia sin explicación hasta hoy. A esa hora llegó a cerrar Casa No’j y a encender las luces, cuando estaba en uno de los cuartos del primer piso escuchó que alguien caminaba en el segundo piso.
En ese momento no le dio mucha importancia, porque pensó que aún había personas de las oficinas en el lugar, pero cuando los sonidos fueron más continuos decidió salir al patio y alumbrar hacia arriba, pero no vio nada, por lo que decidió subir y verificar.
Mientras subía, comenta Hernández, escuchó que cerraron una puerta del salón más grande, al entrar solo vio un ratón que corría y que salió por debajo de una de las puertas. Al cerrar el salón y empezar a bajar, le ocurrió lo inexplicable. Observó la imagen de un compañero de la PM que llevaba un año de haber fallecido.
“Lo vi por varios segundos, casi no me podía mover por la impresión. Incluso me saludó en la forma en la que nosotros solíamos hacerlo”, cuenta Hernández, quien señala que este compañero fue parte de su promoción y ese día justo cumplía un año de fallecido.
Al reaccionar, el agente logró salir del edificio, pero en la puerta principal se quedó casi paralizado, de hecho ya no pudo llegar al Palacio Municipal donde había otro compañero, solo logró llegó con un taxista estacionado alrededor del Parque Central. Hernández, esa noche, tuvo que ser llevado al IGSS porque estaba en shock.
“Tengo más de cuatro años de ser agente y no había experimentado algo así, aunque he estado en varios lugares. Es algo inexplicable hasta el momento”, comenta.
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