El nombre de Adriana Ruano ha quedado grabado con letras doradas en la historia de Guatemala, tras conseguir la primera medalla olímpica de oro para el país. Sin embargo, su vida en el deporte no inició en el tiro deportivo, sino en la gimnasia.
Redacción/laprensadeoccidente.com.gt
La primera campeona olímpica de Guatemala logró esta hazaña derribando incluso un récord olímpico. Adriana Ruano se colgó la medalla de oro en la prueba de foso femenino de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Sumando así la segunda medalla para el país en estas justas y en menos de 24 horas. Y la tercera en toda la historia.
Con su brillante actuación batió el récord olímpico en una final que la eslovaca Zuzana Rehak estableció en Tokio 2020. En la final de París 2024, la plata fue para Silvana Stanco (Italia) y el bronce, para Penny Smith (Australia).
Con su hazaña, Adriana Ruano logró algo sin precedentes, que por primera vez el Himno Nacional de Guatemala se escuchara en unas justas olímpicas y que la bandera fuese izada en lo más alto.
De la gimnasia al tiro deportivo
Ruano competía en gimnasia artística y soñaba con emular a Luisa Fernanda Portocarrero, gimnasta guatemalteca que compitió en Barcelona 1992, pero veinte días antes del Mundial de Tokio 2011 donde debía buscar la clasificación para Londres 2012, le diagnosticaron una grave lesión de columna, recoge el sitio oficial Olympics.com.
“Nos dijo que si iba a la competición tenía casi un cincuenta por ciento de posibilidades de regresar en silla de ruedas”, aseguró a Olympics.com.
La federación debía comprar los billetes al día siguiente, así que Ruano tenía que tomar una decisión cuanto antes. Con 16 años, su primera reacción fue desafiar las posibilidades. “Yo les dije a mis padres que yo iba, que no me importaba si regresaba en silla de ruedas”, recordó.
Pero finalmente entró en razón y renunció al sueño que había perseguido desde que era niña.
Después de ello, uno de los mejores amigos de su hermano, quien era el tirador Rodrigo Zachrisson, le sugirió a Adriana probar con el tiro deportivo.
“En un inicio me dolió mucho dejar la gimnasia, y cuando yo veía el plato trataba de pensar que ese plato era mi pérdida, mi problema, y me daba cuenta de que cuando pensaba eso rompía el plato. Así que traté de agarrar el tiro como una terapia psicológica”, relató a Olympics.com.
Adriana Ruano comenzó a practicar el tiro deportivo a finales de 2012, y poco a poco renació su sueño olímpico. El momento decisivo fueron los Juegos de Río 2016, donde fue voluntaria precisamente en el campo de tiro.
Ver competir a Hebert y Enrique Brol sembró la nueva semilla. Precisamente los hermanos de Jean Pierre Brol, bronce en foso masculino en París 2024.
Adriana Ruano cumplió ese sueño en Tokio 2020, precisamente la ciudad donde, 10 años antes, debía disputar aquel Mundial de Gimnasia Artística. Fue como cerrar un círculo y abrir uno nuevo.
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