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Quetzaltenango: 500 años ¿qué sigue? ¿Un viaje hacia el futuro o un retorno a nuestras raíces?

Las autoridades municipales celebraron con pompa los 500 años de fundación de la ciudad de Quetzaltenango, pero poco se habló sobre lo importante que fue la ciudad para la economía del país y pasó de generar sus propios productos, por medio de empresas familiares, a ser un centro de importación y compra.

Mirna Alvarado/laprensadeoccidente.com.gt

Desde su establecimiento en 1524 por los invasores españoles, la ciudad ha sido testigo de siglos de historia, transformación y cultura vibrante. Quetzaltenango, conocida como «Xela», tiene sus raíces en la época precolombina de la región. Antes de la llegada de los europeos, la zona estaba habitada por comunidades mayas, cuyas influencias aún se pueden sentir en la vida cotidiana y las tradiciones de la ciudad.

La fundación formal de Quetzaltenango se remonta al 15 de agosto de 1524, cuando los españoles liderados por Pedro de Alvarado establecieron la ciudad en el Valle de los Altos. Este evento marcó el comienzo de una nueva era para la región, con la mezcla única de culturas que caracterizaría a Quetzaltenango en los siglos venideros.

A lo largo de los siglos, Quetzaltenango ha experimentado períodos de crecimiento y prosperidad, así como desafíos y dificultades. Durante la colonia, la ciudad se convirtió en un importante centro comercial y cultural que atrajo a personas de diversas partes del mundo y convirtiéndose en un crisol de influencias culturales.

Durante el siglo XIX, Quetzaltenango desempeñó un papel fundamental en la historia de Guatemala, siendo un bastión de la resistencia indígena contra el dominio colonial y posteriormente un centro de actividad durante los movimientos revolucionarios que llevaron a la independencia del país en 1821.

Aunque, según investigaciones del antropólogo Carlos Roberto Pereira, mucho antes de la independencia Quetzaltenango ya era un centro de intercambio comercial con municipios y departamentos aledaños, debido a las habilidades de sus habitantes para el arte del tejido de lana.

“Ignacio Urbina fue uno de los hacendados más recordados. Él llegó a tener más de mil ovejas de las que se extraía lana y de eso las telas que se utilizaban para la indumentaria”, comenta Pereira.

El antropólogo menciona en su libro “Industrialización y desarrollo en Quetzaltenango”, que abarca la historia de Quetzaltenango desde mucho antes de la llegada de los españoles, cómo las negociaciones entre españoles y nativos propició que Sebastián Tzunún, Francisco Quejevix, Martín Jocol y otros, junto a sus familias ascendieran socialmente.

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Esto les permitió ser parte de los “Principales”, con beneficios para aprender diferentes oficios impartidos por los sacerdotes franciscanos. “Los archivos de protocolo nacional de América, ubicado en España, revela que otro de los principales pudientes fue Juan Chávez, eso indica que este apellido podría ser uno de los más antiguos de Quetzaltenango”.

“De acuerdo con los archivos Arzobispales, los primeros censos establecen que en Quetzaltenango se concentraba diversidad de personas, los principales eran quichés, mames, españoles y mestizos, los cuales vinieron tras la unión de españoles e indígenas”, cita Pereira.

El dato muestra que la ciudad de Quetzaltenango ha sido por historia un punto de convergencia de migrantes. Lo que se intensificó cuando el presidente Justo Rufino Barrios implementó una política migratoria facilitó la llegada de alemanes, italianos entre otros.

Crecimiento y desarrollo

El crecimiento económico e industrial en Quetzaltenango comenzó a tomar impulso a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Durante este período, la ciudad experimentó una serie de cambios que contribuyeron al desarrollo de su economía y su infraestructura industrial. Algunos de los factores clave que impulsaron este crecimiento fueron:

La Revolución Liberal: A finales del siglo XIX, Guatemala experimentó un período de agitación política conocido como la Revolución Liberal. Esta revolución trajo consigo cambios significativos en la estructura del gobierno y la economía, incluyendo la implementación de políticas liberales que favorecieron la inversión extranjera y el desarrollo industrial.

“Para ese entonces ya se contaba como una de las principales plazas, comenzaban a surgir los primeros empresarios, las políticas del presidente Vicente Cerna, provocaron que mucho del progreso de esta ciudad se pusiera de manifiesto”, comenta el antropólogo.

La industria textil fue uno de los sectores clave que impulsó el crecimiento económico de Quetzaltenango en esta época. La ciudad se convirtió en un importante centro de producción textil, la fabricación de tejidos de algodón y lana fueron su especialidad. Esta industria proporcionó empleo a miles de personas y contribuyó significativamente a la economía local.

“Uno de los fundadores de la Fábrica de Hilados Cantel, estuvo involucrado en un complot en contra del presidente Cerna, por eso fue exiliado a Europa, a su regreso en 1883 trajo alrededor de 20 máquinas hiladoras. Para ese tiempo Justo Rufino Barrios ya estaba en el gobierno”, resalta el antropólogo.

La construcción de líneas ferroviarias en la región a fines del siglo XIX facilitó el transporte de productos agrícolas y mercancías entre Quetzaltenango y otros centros urbanos importantes. Esto permitió una mayor integración económica y facilitó el crecimiento del comercio y la industria en la ciudad.

Comenzó la exportación de café y para su cultivo se involucra a las regiones costeras de Quetzaltenango, entonces ya no solo es la ciudad sino también sus municipios.

“Un punto que evidencia la sociedad entre política y economía, es la creación del Banco de Occidente en 1881, ese banco surge luego del matrimonio de Francisca Aparicio con el presidente Justo Rufino Barrios”, “Los Aparicio fueron socios fundadores de ese banco”, describe el antropólogo.

Industria del licor

Gracias a las políticas migratorias del presidente Justo Rufino Barrios, el asentamiento de alemanes comenzó en 1881, dando paso a la industria licorera. Karl Jiusler en 1879 abre la primera cervecería alemana, según el acta municipal del 15 de abril de 1897 Carlos Jiusler solicita permiso para colocar un ariete hidráulico en el primer río, lo que confirma la llegada de nueva maquinaria para la industria cervecera.

Junto al maestro cervecero Gustav Kienne, Jiusler reciben medallas por la calidad de la cerveza que producen. Este premio es a nivel nacional. Pero en 1895 Kienne se independiza y funda su propia empresa cervecera en la 1 calle y 19 y 20 avenida de la zona 1 de Quetzaltenango con el nombre de “Cervecería Nacional de Quetzaltenango». Surge también los refrescos Dina Maltarina y Fabrica de hielo, producen la recordada cerveza Bob Pir, Utz Pin Pin, Corona y Pilsener entre otras.

Para 1929 los hermanos Castillo Córdova compran la cervecería de Kienne, es entonces que en 1950 a sugerencia de Enrique Taner, se cambia el nombre de la reconocida cerveza Bob Pir a Cerveza Cabro.

Los hermanos Castillo Córdova vieron en Quetzaltenango el potencial económico e industrial que de alguna forma ayudó a acrecentar su fortuna.

Por eso años los hermanos Benancio, Jesús, Alejandro, Felipe y Andrés Botrán gestionan la propiedad de la licorera nacional, siendo otra familia no quetzalteca que comienza su fortuna en este territorio.

Empresas familiares 

De acuerdo con el antropólogo Carlos Pereira, en 1908 la familia Capuano instaló la primera tenería y una fábrica de calzado. En 1938 Francisco Capuano inaugura la primera fábrica de telas en el ramo de casimires. Sus hijos Francisco Capuano Di Lorenzo y Jacobo Capuano Di Lorenzo, diversifican su producción.

“Ya ofrecen casimires peinados, cardados, telas para abrigos, frazadas, lana para tejidos, telas para alfombras y abrigos entre otros, pero para esta producción traen de otros países ovejas merinas”, menciona.

En 1915, Enrique Weissenberg funda la fábrica de tejidos Mont Blanch y en 1930 se diversifica la producción para darle paso a la ropa interior masculina. En 1950 adquiere maquinaria para tejer calcetas, calcetines y medias para dama, convirtiéndose así en el principal proveedor de medias para dama de toda Centroamérica.

En 1939 se instala la Tenería Ten Pac, su especialidad fue la piel de oveja. En 1959 Ricardo Cajas funda la primera fábrica de sombreros de palma y gabardina. Severino Rosmo fundó su primera empresa que se concentró en el manejo de la madera con un aserradero en 1936.

Ya para 1940 se funda la fábrica de carrocerías de madera para diferentes vehículos, pero en 1950 se convierten en una empresa líder a nivel centroamericano con la construcción de carrocerías Rosmo, las cuales no eran solo de madera sino de metal.

Para 1955 Cornelio Macario abre la empresa carrocerías Macario y adquiere una manzana completa en la avenida la independencia en zona 2, donde abre el taller. Tras trabajar en el remozamiento de buses y camionetas adquiere una flota de buses de Línea Américas.

Al cabo de los años, compra una flota de 15 buses con lo que renueva los autobuses de dicha empresa.

Martín Morales Coyoy, se inicia como carpintero y traslada el taller a su vivienda en el barrio San Bartolomé. Llegó a tener 36 empleados. Un vecino lo pone en contacto con un italiano radicado en Quetzaltenango, quien le obsequió una revista con diseños de muebles. Fue así como comenzó a trabajar maderas preciosas lo cual le trajo reconocimiento no solo nacional sino internacional.

Viajó a Alemania y compró maquinaria, para luego abrir su primera sala de ventas en 1968 en el pasaje Enríquez. Esta fue trasladada luego al Edificio Rivera tras el incendio. En ese lugar se ubica el barrio el Calvario.

Morales apoyó la educación de forma altruista con la donación de terrenos, puertas y pizarrones para las escuelas.

Fabricas de alimentos

En 1936 se fundó el molino Excelsior debido a la gran producción de trigo que dio paso a la Asociación Gremial de Trigueros de Quetzaltenango. Molinos Excélsior tiene como socios fundadores a Juan Bautista Gutiérrez y José Fanjul. Surgen molinos San Francisco y El Quetzal.

Al cabo de los años Gutiérrez se convierte en el único socio fundador de molinos Excélsior y se traslada a la ciudad de Guatemala donde comienza el crecimiento de su fortuna, dando lugar al emporio Multi Inversiones.

Expertos en el tabaco

La industria tabacalera también formó parte de la economía de Quetzaltenango. “Fábrica de Cigarros Altense”, de la familia de Gustavo Gálvez abrió sus puertas en el año 1934 sus instalaciones estuvieron en la 12 avenida y 8va calle de la zona 1.

Pero a raíz de la demanda de cigarrillos en el país se traslada en 1964 hacia la ciudad de Guatemala. La fábrica cambia de nombre en 1965 y se denomina “Tabacalera Centroamericana Sociedad Anónima TACASA, posicionándose en el mercado con las marcas Rubios y Marlboro”.

En resumen, el crecimiento económico e industrial en Quetzaltenango comenzó a finales del siglo XIX. Este período de crecimiento sentó las bases para la posición de Quetzaltenango como uno de los principales centros urbanos y económicos de Guatemala.

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Mediados del siglo XX comienza la decadencia

De acuerdo con Roberto Pereira, la decadencia de la industria comienza debido al crecimiento poblacional y la falta de infraestructura eléctrica, la cual no responde al desarrollo industrial de la ciudad.

“Se contaba con mano de obra calificada, con las empresas, pero no con energía industrial. Comienza a decaer en los 80 con el conflicto armado interno”, menciona el historiador Raúl Izas.

Otro factor fueron las políticas de seguridad de los diferentes gobiernos que no respondieron a las necesidades de la población. “Las extorsiones llevaron a Líneas América, por ejemplo, a cerrar”, menciona Izas.

Pereira agrega que los Tratados de Libre Comercio también jugaron un papel importante para la desaparición de importantes empresas. “Se abrió la puerta a productores de otros países, comenzaron a venir empresas transnacionales”.

En 2001 llega Pradera Xela y en 2002 se instalan en Quetzaltenango restaurantes de comida rápida (Mcdonalds); en 2008 se suspenden operaciones en la Fábrica de Textiles Cantel; en 2011 abre  Walmart y se instalan las Maxi Bodegas y Despensas

Familiares y la fábrica de textiles Mont Blanch, se transforma en un centro comercial.

En 2008 abre sus puertas Cemaco, llegan los centros comerciales Utz Ulew, Interplaza, la única industria que sobrevive es Xelapan.

Así la matriz económica de Quetzaltenango cambia al comercio, la construcción, vivienda y servicios educativos y de salud.

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Mirando hacia el Futuro

La ciudad ha experimentado un crecimiento económico sostenido y un renovado interés en la preservación de su patrimonio cultural. Sin embargo, también enfrenta desafíos, como la rápida urbanización y la presión sobre sus recursos naturales.

Sin embargo, con el espíritu resiliente de su gente y un compromiso renovado con el desarrollo sostenible, Quetzaltenango está preparada para escribir el próximo capítulo de su historia con orgullo y determinación.

Pero por ser una ciudad donde converge diversidad de culturas, siendo un punto de migración interna, ¿cómo logramos mantener nuestra identidad? ¿Los nuevos quetzaltecos traerán sus propias formas culturales? ¿se adaptarán a la nuestra?

Son preguntas que a criterio del sociólogo Rene Juárez estamos lejos de responder. En principio porque las autoridades municipales no tienen el más mínimo interés por preservar la historia.

“Su enfoque fue en gastar y no invertir en el mejoramiento de la ciudad y la divulgación de la cultura, nuestras raíces son más que cofradías, nuestras raíces son más que estampas folklóricas”, menciona Juárez.

Entre los desafíos que enfrenta Quetzaltenango en el futuro está el desarrollo urbano sostenible. Con un crecimiento poblacional constante y la presión sobre los recursos naturales, la ciudad se enfrenta a la tarea de equilibrar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes.

Se espera que las autoridades locales trabajen en políticas y proyectos que promuevan un crecimiento urbano planificado y sostenible, que proteja áreas verdes, fomenta la movilidad sostenible y mejore la infraestructura básica, como el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas residuales.

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