Las joyas que usan actualmente las mujeres quetzaltecas podrían inscribirse como parte de los cambios que se han dado a lo largo del tiempo, que también se ve reflejado en la vestimenta y la demostración de un estatus económico y social.
Adrián Velásquez – Fotos David Pinto / La Prensa de Occidente.
Modelo Mercedes Xoyom, exUmial Tinimit re Xejajuj Noj
Alicia Szmukler, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Argentina, escribe en su tesis: “La joyería es expresión y resultado de contextos tecnológicos, productivos y creativos, sociales, religiosos, místicos, en fin, culturales y cotidianos. Las joyas son bienes de consumo cultural que marcan distinciones y pertenencias, así como objetos que constituyen parte de un patrimonio cultural que está abierto a la resignificación y a la reflexión. Propongo, en este sentido, que es posible estudiar las joyas como productos y como representaciones de imaginarios asociados a sus contextos de origen, a la historia sobre los que se sustentan y a las relaciones sociales y culturales particulares que tienen lugar en ellos. En este sentido, estudiar cómo y para qué se producen estos objetos, analizar su iconografía y sentidos, sus usos, las intenciones y los fines a los cuales se destinan, puede darnos una idea de los imaginarios sociales y culturales de los cuales forman parte. Desde este punto de vista, los objetos: hablan”.
Cómo lucirlas
Las reuniones de las familias indígenas quetzaltecas en el pasado se realizaban en sus viviendas, eran inmuebles amplios con dos salas, en uno, las mujeres sentadas sobre petates, y en otro salón, los hombres; la marimba e invitados jóvenes en el patio. La fiesta se iniciaba en la mañana con el baile del son, en una fila, un grupo de seis o siete personas que el dueño de la “reunión de confianza” escogía para que los acompañaran en toda la faena. En la otra fila, participaban los demás invitados, rotándose. La marimba deleitaba con piezas tradicionales, sin teclados e instrumentos electrónicos, marimba pura acompañada de percusión, bajo y sax.
Este cuadro era la oportunidad para lucir las mejores galas. Este acto es acompañado de licor que debe tomarse antes de arrancar el baile; los anfitriones expresan el símbolo de salú moviendo las manos. “Sirvánse”, “con su permiso”, dicen los invitados y va el shot.
“En las reuniones mayas quichés, los tertuleros, cuando invitan el baile del son, forman una fila de honor, se invita a los miembros de las familias con mayor estatus, los que acompañan al anfitrión, justo en ese espacio es donde se debe lucir la joyería, es donde se muestra que vínculos tiene la familia que está dando la fiesta con el grupo social dominante de la cultura quiché”, dice Augusto Ajcá, historiador.
“Es una situación de estatus. Antes de la colonia la joyería se utilizaba para demostrar rango social, no era metal sino se utilizaba jade, con la llegada de los españoles se empezaron a valorar los metales, se fue adoptando el chachal”, añade Ajcá.
Además, agrega que “todo se origina del chachal mesoamericano, es como viene evolucionando el uso de esta joyería, es una época del final de periódo colonial y principios del periodo independiente que se van a usar metal en los chachales, es cuando ya los indígenas principales, que no son todos, tienen cierta libertad de ostentar su riqueza”.
En este contexto, las joyas, medallas, cadenas, anillos y esclavas, son indicadores de poder económico y estatus social, que de pronto es cultural.
El historiador Francisco Cajas dijo que de 1955 en adelante las mujeres ya usaban aretes de oro, dejaron los chachales, empezaron a usar collares con crucecitas de oro.
“Al final del periodo de la conquista se localiza en Iximché un collar hecho de oro, antes de ese periódo el oro no tenía importancia para el territorio”, dice Ajcá.

Recuerdos del chachal quiché.
“Las monedas que usa la modelo de la fotografía, es una moneda de cinco dólares, se puede observar un perfil, una alegoría a la libertad, aparecen 13 estrellas que representa a los 13 estados originales de la conformación de los Estados Unidos de Norteamérica, estas monedas estuvieron circulando a principios de 1900, hay varias versiones, por su valor en oro se agrega a la joyería indígena”, sostiene Ajcá.
“Fernando VII es el último español que tuvo control sobre las colonias americanas, principalmente de 1812, también algunas monedas que fueron hechas en Sudamérica para circular en Centroamérica, chilenas, peruanas, tomando en cuenta que en Guatemala siempre ha habido escasez de monedas, eso obligó al gobierno a inicios del periódo republicano a traer monedas extranjeras y sellarlas. Por ejemplo, las monedas que dicen Perú o Sol, pero tienen el escudo de Guatemala en pequeño, el sello que se colocó fue para dar validez en Guatemala en la época de los pesos, antes de 1924. Esas monedas las han localizado y las mujeres las han integrado a sus chachales, colocádoles agujeros para su cadenas”, agrega.
Para las mujeres de Xela, de poder económico, comprar monedas de oro se ha vuelto común, luego llevarlas con joyeros que les hace las modificaciones para lucirlas con cadenas, esclavas o prendedores, entre más grande sea la moneda, es más buscada.
“Rafael Carrera, en cada evento importante que sucedía le hacían medallas, circulaban dentro de la clase alta. La anexión a México, con la esfinjede Agustín de Iturbide. Cuando se formó el Estado de Los Altos se hizo una medalla con seis volcanes en lugar cinco. Cuando Rafael Carrera declaró que Guatemala era una república se hizo una moneda conmemorativa, no eran masivas sino como hacer una placa o un diploma. Existen orfebres que hacen copias”, comenta Ajcá.
“La ornamentación de las mujeres ha sido una tradición que va desde los tocados, los collares, brazaletes, ahora las esclavas, hasta el tatuaje en la cara ha sido parte de la belleza estética maya en el cuerpo, las perforaciones de la nariz, orejas y labios era tradicional en la civilización maya, toda esa costumbre se va transformando como todas las culturas, se va ambientando, se van adaptando y se van perdiéndo unas más que otras”, asegura Rogoberto Quemé Chay, antropólogo.
Agrega: “por ejemplo la lustrina se tiene que entender desde un contexto global, las mujeres encargaban sus perrajes de lustrina, pero que tuvieran nudos judíos en el tejido. ¿Qué quería decir eso? Que es lustrina británica. Sobresalen los nuditos donde estaba amarrada la lustrina, eso era un símbolo de prestigio porque eso decía que usted podría comprar auténtica lustrina”.

¿Actualmente estas monedas y prendedores son para demostrar el poder económico?
“No tanto, el estatus va emparejado con lo económico, pero también con una posición social. No es como nosotros lo vemos, desde el punto de vista occidental todo es dinero, pero no, es algo más que da estatus indudablemente, posición económica, pero también la posición social, la posición cultural, entra en juego todo eso, no es solo demostrar estatus económico”.
¿Todavía existen indígenas nobles?
“Antes había castas nobles y los macehuales que son los indígenas campesinos que labraban la tierra y la autoridad de los pueblos que eran los alcaldes principales, los caciques; estaba dividida la población con dos estratos nada más. Con la llegada del capitalismo en 1871 los pueblos comenzaron a entrar a los mercados porque ya fueron contratados, recibieron salario, comenzaron a ser obreros, entonces dice Greg Grandin que pasaron de castas a clases sociales y es ahí donde entran las clases alta, media, media alta, la más alta y la baja, a raíz del capitalismo”.
¿Muchos indígenas se casan con ladinos (as), desaparecerán los indígenas en Xela y con ello estas costumbres?
“La situación cuando se inició la colonia fue biológica, ahora es un cruce cultural y así tenemos que verlo, dicen los teóricos, que la diversidad en Guatemala no es de raza, es de diversidad cultural. Entonces la cultura es lo que marca el signo de cada uno, usted puede casarse con una ladina, adoptan totalmente la vida y la cultura indígena, pero ya es la cultura la que lo vuelve indígena, ya no es la raza. El ladino solo culturalmente es diferente a los indígenas pero biológicamente lleva la mitad de sangre y genes indígenas. Muchos indígenas no aprecian las cosas de sus abuelos o cosas antiguas típicas de nosotros; los mestizos surgen de un hombre español y una mujer indígena, el mestizo es el que existe socialmente, el indígena existe culturalmente como descendiente de los pueblos mayas y no es ni bueno ni malo, el proceso de la modernidad y la globalización en el indigena es ladinizarse, es la alienación de las culturas”.