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La revolución de octubre

La historia de Guatemala se ha caracterizado por una serie de dictaduras, tiranías y proyectos excluyentes, desde la ya lejana invasión de 1524, hasta los mal llamados gobiernos democráticos de la actualidad, pasando por una elitista e inexistente independencia, que, en 1821, únicamente consolidó el poder de quienes aún disponen los destinos patrios.

En la mal llamada época independiente, los indígenas y mestizos pobres, siguieron siendo explotados por grupos de familias, cuyos descendientes han utilizado títeres militares como Rafael Carrera, Romero Lucas García, que únicamente son serviles que contribuyen a mantener intactas las estructuras de poder.

La falta de libertades, la exclusión de los sectores mayoritarios de la población y la represión del gobierno de Ubico, fueron aglutinando a las fuerzas vivas de la sociedad alrededor de una serie de intelectuales guatemaltecos, quienes advertían que una revolución era necesaria para transformar el país, por lo que un 20 de octubre de 1944, la conciencia colectiva llevó a las fuerzas militares dignas y al pueblo valiente en armas, a tomar el poder, claro está, teniendo un horizonte claro de emancipación y reivindicación hacia la creación de una verdadera nación.

A 79 años de una verdadera revolución, las calles de Guatemala se paralizaron, y se llenaron de diversidad para manifestar y exigir la renuncia de tres funcionarios públicos, pero, ¿los problemas recaen en 3 personas?, y luego,  ¿qué se ganaría o qué se transformaría con la renuncia de estos funcionarios?, ¿con la renuncia de estas personas, las condiciones sociales, políticas y económicas de los sectores vulnerados y olvidados se resolverá?.

Por lo que tratar de responder lo anterior, únicamente evidenciaría la falta de un horizonte, y las estrategias claras que movió a la población por 19 días en el 2023, que lejos de hacer cambios estructurales y evidenciar las injusticias históricas, deja en burla y vergüenza lo que se posicionó y se logró un 20 de octubre de 1944.

Glenda Ixtabalán es Trabajadora Social Rural, lideresa maya-k’iche’, con estudios sobre descolonización, defensa de territorio, género y diversidad. Ha publicado artículos en libros y revistas. Labora para organismos internacionales en programas relativos a derechos humanos.

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