Adrián Velásquez
Por segunda ocasión sonó el teléfono de madrugada. Esta vez se escucha: “hombres con armas están rodeando el edificio del CUNOC, ¡Ayuda!”. La primera vez fue hace un mes, cuando también un grupo de hombres llegaron e hicieron explotar bombas caseras. Esas acciones son sicariato, un tipo de homicidio cualificado (asesinato) y agravado por el cobro de una remuneración económica a cambio de dar el servicio de hacer daño o matar a otra persona.
La madrugada del 20 de febrero un grupo de personas ingresó de forma agresiva a las instalaciones del CUNOC, amenazando con violar a las estudiantes que permanecían en resistencia ante un proceso electoral fraudulento que concluyó con la imposición de Walter Mazariegos como rector de la Universidad de San Carlos, en mayo de 2022.
Tarde o temprano los procesos sociales y políticos del país se van a revertir y tendrán que enfrentar la justicia
Horas después, el grupo de hombres que se presentaron vestidos de blanco y portando armas de fuego, machetes y palos desalojó a los estudiantes y entregó las instalaciones al director del centro universitario, César Milián, a quien se señala de tener vínculos con Mazariegos.
Arodi Sazo, abogado y notario, director de la carrera de Derecho en el CUNOC también expresó: “a la sociedad civil les quiero expresar que dejen a la universidad arreglar nuestros asuntos. Los felicito por esta acción y evitar que personas extrañas a la universidad le sigan haciendo daño”.
Esto demuestra que tuvieron participación en el desalojo. Tarde o temprano los procesos sociales y políticos del país se van a revertir y tendrán que enfrentar la justicia por este grave hecho que oscurece más el panorama del país.