Un platillo de fiambre no sería lo mismo sin los tradicionales embutidos, como el chorizo negro o la butifarra. Y eso es justamente lo que ofrece Embutidos Vilma.
Por José Racancoj / La Prensa de Occidente
El trabajo constante y dedicado le ha permitido a esta empresa quetzalteca y netamente familiar, crecer con el paso de los años. Cada día se producen embutidos que se venden en el mercado La Democracia, zona 3 de Xela, y que además se entregan en diferentes restaurantes y otros negocios que lo requieren.
Y aunque se trata de productos que tienen demanda constante, esto aumenta durante las fiestas como Navidad o la Feria de Independencia, pero con mayor énfasis para el Día de Todos los Santos y el de los Fieles Difuntos, pues muchas familias elaboran el tradicional fiambre, platillo que ha sido declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.
En medio del demandante trabajo, principalmente en estos días, Vilma Concepción Gómez Agustín de Tzic, propietaria de este negocio, que ha ido levantando con el apoyo de su esposo, Guillermo Tzic, y sus hijos Julián y Aníbal Tzic, nos recibe en su hogar y nos comparte su experiencia.
¿Cómo fue el inicio de los negocios?
Comenzó con mi abuelita Victorina Sum de Agustín. Ella era marranera y hacía sus longanizas; luego con mi mamá, Florinda Agustín de Gómez, quien siempre se dedicó a elaborar longanizas, chorizo rojo, negro y butifarra. Ella nos dejó el legado y yo me quedé con el negocio. Tengo 20 años de estar en el mercado La Democracia.
Es decir que desde pequeña aprendió el oficio.
A los 18 años empecé a ir a La Democracia. Desde niña hacía mis pruebas, pero al llegar a la edad adulta me dediqué solo a esto.
¿Cómo ha ido evolucionando el negocio?
Año con año, la gente nos ha tenido confianza, gracias a Dios hemos podido trabajar bien y ha ido creciendo, va aumentado el trabajo.
¿El crecimiento también ha sido con equipo y personal?
Así es, hemos comprado máquinas que nos ayudan a hacer el trabajo más rápido. Antes se hacía a mano, pero así no terminaríamos de hacer todo lo que producimos ahora. Además, contamos con 12 personas que nos ayudan, quienes trabajan aquí todos los días.
¿Además de vender el producto a personas particulares, lo hacen a otras empresas?
Sí, se reparte a empresas como Albamar, Alpujarra, Hotel del Campo y muchos otros.
¿Cuál es la especialidad que ofrecen?
Ahorita, de momento, el chorizo negro y la butifarra, que ni alcanza.
¿Qué hace diferente a Embutidos Vilma de otros negocios similares?
Que todo es fresco, a diario tenemos que tener esa meta, yo calculo lo que vendo. Ese ha sido el éxito, vender un producto fresco.
Esta época, en la que se elabora el fiambre, ¿qué significa para usted?
Es muy lindo, porque tenemos mucho trabajo; así como nosotros, las personas que vienen detrás también tienen trabajo. Aunque también es triste porque recordamos a quienes ya se nos adelantaron.
¿En esta época se incrementa mucho la producción?
Llega a duplicarse. Principalmente con el chorizo negro y la butifarra, es más el trabajo.
¿Qué planes tiene para el futuro del negocio?
Como este es un negocio familiar, seguir adelante. Uno a veces ya se siente cansado, pero siguen los hijos y ellos tienen otras ideas.
¿Ellos están involucrados?
Sí, es familiar. Tengo dos hijos y ambos están en esto.
¿A lo largo de tiempo qué retos ha afrontado?
Bastantes. Quedándose solo es como llega a preguntarse: ‘¿podré o no podré? Antes, cuando mi mamá estaba, producíamos menos cantidades, y tenía miedo, pero gracias a Dios fuimos luchando, con el apoyo de mi esposo y mis hijos hemos logrado bastante. Solita yo no hubiera podido hacer nada.
“Ese ha sido el éxito, vender un producto fresco”, Vilma Gómez de Tzic.
Un platillo que es un patrimonio
Verduras, carnes, embutidos, quesos, caldillos y aderezos se funden cada 1 de noviembre para convertirse en uno de los platillos más representativos de Guatemala, el fiambre.
Este mes, el Ministerio de Cultura declaró los conocimientos y procesos de elaboración del fiambre como Patrimonio Cultural Intangible de la Nación. Elder Súchite, ministro de Cultura, hizo un llamado a la población a preservar esta tradición.
El fallecido antropólogo e historiador Celso Lara, en su libro Fieles difuntos, santos y ánimas benditas en Guatemala: una invocación ancestral, señala que el fiambre representa la pluriculturalidad y multiculturalidad, siendo una de las mejores expresiones de la tradición nacional.