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Artesanos del barrilete disminuyen con el paso del tiempo

Los barriletes forman parte de la cultura y las tradiciones de Guatemala. Cada año se remontan en el cielo para conmemorar el Día de Todos los Santos y el de los Fieles Difuntos. Sin embargo, esta costumbre se está perdiendo, entre varias razones, ya no existen artesanos que dediquen tiempo y creatividad para elaborarlos.

Por Marina de Paz / La Prensa de Occidente

Aunque es originario de Samayac, Suchitepéquez, Julio Miguel Mis Ortiz, de 32 años, continúa la tradición que aprendió desde los 10 años de edad con sus padres: elaborar barriletes de papel china.

Desde hace 15 años, Mis Ortiz se trasladó a la ciudad de Quetzaltenango y continúa elaborando barriletes, tanto para vender como para enseñarles el arte a sus dos hijos. “Mis papás me enseñaron a mí, yo les enseño a mis hijos, para que ellos puedan seguir con la tradición”, comentó Mis.

Según el entrevistado, es importante resaltar que la creatividad y la imaginación son los principales elementos para elaborar un barrilete.

«Para fabricar un barrilete tradicional se necesita: un juego de varillas de palma, corozo o tarro, papel china, pegamento, hilo y tijera».

Tradición que se pierde

En los últimos años, la cantidad de personas que elaboran barriletes en la Ciudad Altense ha disminuido. Hay varias causas; una de ellas es porque la industrialización reemplaza el trabajo artesanal, afectando así la economía y el arte.

“Yo puedo decir que los barriletes representan una tradición especial en nuestro país, sin embargo, los barriletes de plástico han invadido el mercado y han llamado la atención de los niños por sus diseños”, explicó María Ixcot, ciudadana quetzalteca.

Julio Mis hace énfasis en que es necesario seguir fabricando los barriletes tradicionales y por ello envía el siguiente mensaje: “A las personas que saben hacer barriletes, los exhorto a seguir enseñando esta tradición a sus hijos; además, es satisfactorio que después de fabricarlo, los veamos en el cielo”.

Por aparte, Javier Cortés, del grupo cultural Kastajibal No’j, comentó que sumado a la disminución de los artesanos del barrilete, también menciona que la vida de los jóvenes y niños gira en torno a la tecnología, por lo que el interés de volar barriletes, asimismo, se está perdiendo.

“Considero que un factor importante para no perder la tradición son los padres de familia, quienes deben encargarse de fomentar, en sus hijos, tradiciones como esta”, finalizó Cortés.

Significado

Alfredo Boj, facilitador cultural originario de Quetzaltenango, explicó que la tradición de los barriletes fue creada para “conectarse con los antepasados” que se encuentran en el inframundo (según la cosmovisión maya). “Con los barriletes recordamos a nuestros abuelos, padres, hermanos o cualquier familiar que dejó este mundo, con ellos (barriletes) revivimos los momentos más especiales”, expresó Boj.

«Los barriletes tienen diferentes tamaños, de 12, 14, 16 y 20 pulgadas, los precios van desde los 2 hasta los 65 quetzales, dependiendo del tamaño».

 

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